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Un cable de À Punt provoca un incidente en el Corpus

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Consecuencia

La Roca accidentada por unos cables de À Punt tendrá que ser restaurada

El incidente del carro, al que salvó la poca velocidad que llevaba, evidencia el peligro que corren las piezas del Corpus en la procesión

Las Rocas del Corpus se someten a una restauración anual que garantiza que salen a la calle en buenas condiciones para la «festa grossa». Suele hacerse en las semanas previas a los días grandes. Sin embargo, hoy mismo tendrán que acudir a recuperar la Diablera, una de las más antiguas, y que estuvo a punto de sufrir un grave accidente el pasado domingo.

Si ocasionalmente, los carros sufren algún desperfecto, el motivo en esta edición no pudo ser más surrealista: los operarios de À Punt extendieron cables para los enlaces sin reparar en que se habían colocado a muy baja altura. Sin reparar en que, aparte de las personas participantes (gremios, entidades y personajes bíblicos), las que abren camino son las Rocas, con un gálibo evidentemente superior a lo que marcaba el tendido.

La consecuencia fue que la figura de Plutón que remata el carro (el primero que salió en el desfile y, por consiguiente, el que se llevó los daños) no cayó al suelo, pero sí que se desgajó de la peana que lo sujeta. La consecuencia fue que los responsables municipales decidieran retirarla del cortejo. Tanto es así que incluso un operario tuvo que sentarse sobre la peana para evitar que, de la vibración, acabara cayendo. No es la primera vez que esta Roca sufre daños. Ya sufrió un accidente similar en 1993, cuando las Rocas se sumaron al quinto centenario de la devoción a la Virgen de los Desamparados y, en el momento de salir en procesión, tropezó con un cable, cayendo al suelo y rompiéndose. El artista José Azpeitia tuvo que llevar a cabo las labores de restauración.

El director del Museo del Corpus, Gil Manuel Hernández, reconocía ayer que el desastre pudo ser comparable al de aquella ocasión. «Afortunadamente, las Rocas salían de la plaza a brazo y no a caballo, con lo que la velocidad no era mucha y tan sólo se desprendió de la peana». Pero se trata de unas piezas de altísimo valor histórico y más ahora. «Ahora, al tener carácter de museo, para sacar el contenido a la calle hay que pedir un permiso especial a Patrimonio de la Generalitat Valenciana. Aquí se hace con todos los elementos a la vez». En principio, el coste de la restauración irá incluido en la prestación del servicio de arreglos necesarios cada año.

Gil Manuel Hernández reconoce que «lo ideal sería hacer una restauración general de las Rocas. Eso es un proyecto de legislatura». Se ha hecho recientemente con la Roca València «pero las más antiguas, las que son de los Siglos XVI y XVII lo necesitan». Son la Diablera, San Miguel (que raro es el año que no se le cae o el casco o la espada), La Fe, San Vicente Ferrer, Purísima y Santísima Trinidad.

Y es que cada salida anual de las Rocas conlleva riesgos. Otro de los carros chocó con un bolardo. «Y a veces nos encontramos con tendidos eléctricos inesperados incluso a pesar de que, en los días previos, hacemos una inspección general del recorrido». Pero a veces los cables se tienden demasiado bajo.

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