Català reclama una ordenación del tráfico de la ciudad «alejada de los caprichos» del alcalde, Joan Ribó, y del concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, donde la toma decisiones sobre los principales ejes viarios «esté avalada» por los técnicos municipales y por la Policía Local. «No puede ser que se aprueben medidas improvisadas, como las recientes sobre el cruce entre la Gran Vía, Reino de València y la calle Ruzafa, sin que haya un pronunciamiento claro de la Policía Local», señalaba.

También manifestaba que «la irrupción del patín eléctrico en València el verano pasado, con empresas desplegando unidades por toda la ciudad, pilló al alcalde Joan Ribó y a sus concejales descolocados e incapaces de reaccionar». Transcurrido más de un año, señala que «siguen igual de bloqueados y sin que las empresas de movilidad compartida sepan a qué atenerse». Català destacó que «son más de 20 empresas de 'sharing' de vehículos eléctricos las que se han dirigido al Ayuntamiento para comenzar a prestar servicio de manera ordenada y pagando el correspondiente canon, sin que ni el alcalde ni nadie de sus concejales les hayan aclarado cómo y cuando podrán regularizar su situación en València».

Actualmente, el Ayuntamiento está licitando la instalación de tres puntos de recarga, pero Català lo considera «insuficiente» y aboga por «una inversión más ambiciosa que permita instalar al menos dos puntos de recarga en todos los distritos de la ciudad». Por el contrario, «no se ha hecho absolutamente nada por la movilidad eléctrica en los más de cuatro años de Ribó en la alcaldía de València». En concreto, añadía, «el Ayuntamiento solo ha comprado dos coches eléctricos y 12 bicicletas eléctricas que están paradas, mientras que los vehículos híbridos de la flota municipal no llegan siquiera al 20 % del total», criticaba.