Unas cien personas de diferentes entidades sociales y vecinales asistieron ayer, convocados por la concejalía de Jardinería Sostenible, a la plantación popular de 200 árboles y arbustos en los terrenos del futuro parque de Desembocadura, en el barrio de Natzaret.

Durante esta jornada el concejal de esta área, Sergi Campillo, manifestó que este es el primer paso para dotar a este barrio y a la ciudad de un nuevo espacio verde. «Este es el símbolo de la recuperación del espacio público para Natzaret después de décadas de abandono y de no ver atendidas sus demandas. Ahora podrán disfrutar dentro de muy poco tiempo de esta primera fase del parque de Desembocadura que será muy importante para el barrio y para la ciudad».

Campillo explicó que ahora este espacio se cerrará para empezar su mantenimiento y dejar crecer los árboles, y «pronto se abrirá», aunque no dijo una fecha.

Entre los árboles se plantó un gingko biloba, el árbol de la paz, que fue aportado por la asociación Tanquem Cofrents.