La joven pareja formada por Emi Filipova y Juan Gabriel Blanco, búlgara ella, extremeño él, pasará a la historia como los «turistas número uno». Los de una nueva era. Los que, a los pocos segundos de reabrirse las puertas, reanudaron la «normalidad» que supone admirar los grandes monumentos de la ciudad de València. Ayer, la Lonja (el más visitado) y las torres de Serranos y Quart salieron de su particular letargo y volvieron a convertirse en una cita obligada para todo aquel, visitante o habitante de la ciudad, que desea aprender un poco o, simplemente, refugiarse en el pasado de la ciudad. Emi vive en València desde hace quince años e hizo un receso en los estudios de Turismo y Ade «para perdernos un poquito. Es la primera vez que los vemos juntos». Las piedras vuelven a hablar tras mucho tiempo de silencio.

Las visitas, sin embargo, se tienen que adaptar a las nuevas costumbres, que así perdurarán hasta nueva orden. Son gratuitas, de acuerdo, pero, de momento, mudas: aún no se permiten las audioguías. Hay que desinfectarse antes de empezar. Y en los monumentos se han creado, a base de cintas y carteles, recorridos. El Salón Columnario de la Lonja ya no se puede pasear con libertad, sino siguiendo una sutil ruta que tampoco cambia especialmente la perspectiva. Lo mismo en las Torres: subes por un lado y bajas por otro. Los valientes que no tienen miedo al vacío y suben a las almenas de Serranos y asoman al río y la Plaza de la Crida no pueden aún hacerlo: lo estrecho del acceso lo mantiene cerrado para evitar el entrecruzamiento.

Pocos visitantes

Las visitas fueron ayer magras. Eran sólo para residentes. Faltan los turistas, los autobuses, para poder dar la sensación de multitudes. Esas que permiten, por ejemplo, a la Lonja, superar el medio millón de visitantes anuales. Ayer, en Serranos, en una hora apenas habían subido ocho personas. Todavía hay que correr la voz. «Es que no todo el mundo se ha enterado todavía» Y, en cualquier caso, lo evidente es que 2020 habrá que pasarlo por alto en cualquier estadística o serie histórica de visitantes. Que, de momento, deberán tener en el turista de la ciudad y de la Comunitat sus principales activos. Como Emi y Juan Gabriel. «Hemos venido a desconectar un poco de los estudios» decía ella. Es el tiempo de redescubrir. De todos aquellos que, en algún momento, reconocen que «hacía muchos años que no entraba».

Y las oficinas abren

La ciudad va desempolvando sus activos turísticos. También ayer las oficinas municipales de información turística de la plaza del Ayuntamiento y la playa de la Malva-rosa reabrieron al público. El 15 de junio reanudará su actividad la oficina de calle de la Paz, el 25 de junio lo hará la de Joaquín Sorolla y, coincidiendo con la apertura de fronteras al turismo, el 1 de julio será el turno de la del aeropuerto.