El PP de València denunció ayer el abandono del Monumento a las Víctimas de la Riada y planteó una batería de medidas para su mejora. En octubre de este año se cumplirán 63 años del fatídico suceso que se cobró la vida de 81 valencianos. En el primer tramo de la Avenida Aragón, un monumento de factura moderna, obra del escultor Ramón de Soto, recuerda desde su inauguración en 1982 este terrible suceso.

La concejala Marta Torrado (PP) lamentó que «a pesar del carácter simbólico del Monumento a las Víctimas de la Riada, éste se encuentra hoy en día en unas condiciones deplorables, resultando urgente tanto su restauración como la limpieza y la adecuación de su entorno», advirtió. Para empezar, «la falta de un panel informativo impide la lectura del mismo. Una circunstancia que explica que muchos valencianos desconozcan el significado de este espacio», añadió. En segundo lugar, «aunque el problema de la concentración de indigentes no es tan grave como en el pasado, todavía se producen pernoctaciones en las inmediaciones del monumento por parte de quienes carecen desgraciadamente de un techo y se guarecen de las inclemencias climatológicas en este punto de la ciudad». «Hasta hace unas pocas semanas, un colchón "lucía" en los alrededores -subrayó-, una imagen intolerable que, desde el Grupo Municipal Popular, esperamos no vuelva a repetirse en el futuro».

Como recordó la concejal popular Marta Torrado, el Monumento a las Víctimas de la Riada es, asimismo, un blanco habitual del vandalismo. «Hace unos meses, éste amaneció con grafitis en toda su superficie, tanto en el propio monumento como en los alrededores del mismo: en el graderío perimetral que lo rodea y en las instalaciones eléctricas», dijo.

Por otra parte, la falta de limpieza en el mismo resulta «más que patente». Tras visitar el monumento, los populares tuvieron ocasión «de comprobar la suciedad generalizada en todo el entorno, llegando a avistar los restos de un pequeño incendio». Debido al crecimiento descontrolado de las malas hierbas, «éstas superan en altura en estos momentos la base de la lámina de agua». «La pretendida 'renaturalización' de la ciudad no puede servir de excusa al equipo de gobierno municipal para hacer dejación de sus funciones más básicas», indicó la munícipe. Por último, Marta Torrado denunció «los desprendimientos de parte de los materiales que componen la base del monumento, suponiendo un peligro para las personas».