Aquellos que superen este trámite antropométrico iniciarán la siguiente criba que son las pruebas físicas. Consta de seis pruebas: subida de cuerda, salto de longitud, salto de altura, carrera de velocidad, carrera de resistencia y natación. No hay, por otra parte, una especial diferencia entre sexos en alguno de los casos. Por ejemplo, el salto de altura tiene un mínimo de 1,10 para los hombres y un metro para las mujeres y en el de longitud.

A partir de ahí empezarán las diferentes pruebas y la posterior formación. Habrá un cuestionario eliminatorio de 75 preguntas. La tercera prueba será un test y entrevista de aptitud, con presencia de especialistas en medicina y psicología

Los siguientes pasos serán una traducción a valenciano y castellano. Posteriormente llegará el examen por escrito, en el que se tendrán que explayar sobre dos temas escogidos entre todo el temario teórico (Derecho Constitucional y Administrativo, Régimen Local y Policía, Derecho Penal, Policía Administrativa y Sociología, Policía de Tráfico y Circulación), para acabar con un nuevo cuestionario, sobre un temario más corto: toponimia urbana, instituciones tradicionales de la ciudad, policía de barrio y misión preventiva del delito. Son todos aquellos textos que los aspirantes han tenido que estudiar durante los últimos años, además de asistir a clases preparatorias en academias especializadas. Será un año y medio en el que quedarán por el camino, números en mano, las ilusiones del noventa por ciento de los aspirantes.

Éstos deben reunir condiciones de personalidad necesarias para desempeñar la función de agente del orden. Por ejemplo, «estabilidad emocional, control de emociones, dificultad de alteración de emociones, cuidado y apertura a las relaciones sociales, sentido de la disciplina y de la autoridad, seguridad en uno mismo, confianza en sus posibilidades, capacidad empática, honestidad, integridad, responsabilidad, organización y disciplina».