Desde diciembre de 2015, tras el cambio de color político, la filosofía de la ambientación navideña ha cambiado sustancialmente. Antes, el gasto se iba a la fachada del consistorio. Desde entonces, las leds hicieron un camino «hacia afuera». La fachada palideció y lo que se encendieron fueron pequeños árboles en plazas de barrios. Sobre todo, en las que aún conservan sabor «de pueblo»: Campanar, Sant Valero, Patraix, Benimaclet, Cabanyal, San Marcelino, Orriols, Doctor Collado, Abastos, Benicalap y Malilla. A partir de ahí son las asociaciones ciudadanas las que pueden o deben aprovecharlos.