El proceso de rearticulación de Podemos en la ciudad de València ha reavivado el enfrentamiento entre las dos grandes corrientes que conviven en las filas moradas. Una vez cerrado el plazo para presentar candidaturas, finalmente serán tres las aspirantes en la pugna por el liderazgo de la formación en la capital. El «pablismo» más vinculado al aparato estatal, organizado en torno a la coordinadora autonómica Pilar Lima, se movilizó ayer para arropar a Consuelo Poveda tan pronto como ésta anunció que se postulaba a la portavocía local. De forma paralela, el vicepresidente Rubén Martínez Dalmau y la síndica Naiara Davó -que hace unos meses perdieron el pulso contra Lima en las primarias autonómicas- mostraron públicamente su respaldo a Adoración Guamán, directora general de la Conselleria de Vivienda y ex de IU.

Poveda, de 63 años y militante de base desde los inicios de Podemos, ya se postuló para encabezar la delegación de València en 2018 con el apoyo del pablismo, pero cayó derrotada y se integró en la ejecutiva liderada por el dimitido Jaime Paulino. Es licenciada en Medicina y ha ejercido como inspectora médica. La tercera aspirante en liza, M.ª Dolores Saiz, también formaba parte de la anterior ejecutiva. Ayer, Guamán planteó una reunión con sus dos contrincantes que fue secundada por Dalmau y Davó como una «llamada a crear consensos y a romper dinámicas de confrontación». El acuerdo con Saiz puede ser factible, dada su afinidad con la síndica. Mientras tanto, la coordinadora autonómica Pilar Lima se mantiene neutral en el proceso, si bien varios miembros de su equipo y de la cúpula morada como Rosa Medel, Susana Ruiz, Pau Vivas o Esther Sanz apoyaron ayer a Poveda apelando a sus estrechos lazos con las bases. Por encima de la batalla interna hay un objetivo compartido: regresar al Ayuntamiento de València.