El Ayuntamiento de València va iniciar la recogida de unos 365.000 kilos de cítricos bordes, que producen los 10.000 naranjos que hay plantados en los alcorques de los barrios y pueblos de la ciudad. Estos trabajos, que va a desarrollar un dispositivo de 25 operarios con la maquinaria especializada que precisan, comenzarán en los próximos días. En la campaña pasada, se recogieron esos 365.000 kilos, y este año, el vicealcalde Sergi Campillo prevé una cantidad parecida. Estos cítricos se gestionan como residuo orgánico, para la elaboración de compost, porque no tienen valor comercial al tratarse de una variedad con sabor amargo, como explicaba el también concejal de Ecología Urbana, en Radio Valencia Cadena SER.

Se trata de una recogida principalmente manual, aunque en los últimos años se ha incorporado una maquina que agita los árboles, como se hace con los olivos, para que caigan las naranjas sobre un paraguas invertido. Eso sí, solo se puede utilizar en calles donde las condiciones lo permitan. El año pasado, solo en las primeras semanas de enero se habían recogido 75.000 kilos de naranjas del arbolado de la ciudad. La campaña finalizó a mediados de marzo. Este operativo se pone en marcha para evitar molestias al vecindario cuando cae el fruto de manera natural en la vía pública, una cuestión que había sido objeto de polémica y quejas en los últimos años. Solo en la zona norte de València, se retiraron un total de 74.515 kilos de 2.412 árboles. Los naranjos plantados en las calles de la ciudad tienen una función ornamental pues estos frutos no son aptos para el consumo humano. Además tienen un valor sentimental e identitario muy importante para los valencianos.