La comisión municipal de Patrimonio del Ayuntamiento de València ha informado esta semana del avance del proyecto de ejecución de la rehabilitación del Casino del Americano, originalmente llamado Quinta Nuestra Señora de las Mercedes (1869). Las catas y estudios previos a la rehabilitación del edificio que el estudio Arquitectura y Urbanismo Singularq ha llevado a cabo, por encargo de la Concejalía de Ecología Urbana, han sacado a la luz la rica y exótica decoración interior y los colores originales de este palacete indiano único en València que Joaquín Megía hizo construir con todo lujo de detalles y un fastuoso jardín para que su esposa, Mercedes Gómez-Larrinaga, una rica heredera criolla, no echase de menos su Cuba natal.

Restos policromados.

El edificio, expropiado por 3,5 millones de euros por el ayuntamiento en 2011 para destinarlo a dotación, se ubica entre la avenida Burjassot y la ronda norte, en el barrio de Benicalap. Catalogado con nivel 2 de protección, el ayuntamiento tiene previsto reconvertirlo en escuela de agricultura urbana con un presupuesto de 4,5 millones de euros. El palacete saldrá así del abandono y la ruina al que ha estado expuesto en los últimos años, en los que ha sido objeto de usos impropios, entre ellos discoteca, ocupaciones, expolios e incendios.

Figura decorativa de la escalera.

La investigación sobre el Casino (en su acepción como finca recreo) del Americano realizada por la historiadora Ana María Reig en 2012 puso en evidencia el valor del edificio por tratarse de una villa indiana única en la ciudad. Estas casas señoriales fueron construidas por emigrantes españoles que volvieron enriquecidos de hacer las Américas. Son abundantes, y un atractivo turístico, en regiones como Asturias, Cantabria y Galicia, pero no en València, donde no se dio una corriente migratoria significativa. De hecho el promotor del casino no era valenciano sino granadino, pero compró el terreno en València por su similitud con el clima tropical. Las villas indianas se caracterizan por su grandes dimensiones, por estar profusamente decoradas y rodeadas de jardines exóticos con abundante vegetación tropical. Un jardín que la documentación gráfica corrobora que existió en el Casino del Americano de Benicalp, donde también había una gran pajarera y corredor de palmeras.

El pavimento de mosaico y vivos colores original.

Los restauradores han sacado a la luz en los trabajos previos a la rehabilitación del casino, construido en 1869 por Manuel Piñón, la decoración original de vistosos colores del edificio donde destaca el uso de la arquitectura fingida a base de trampantojos y efectos ópticos.

El lujo perdido de la última villa indiana

Tras la muerte de Mercedes, el viudo indiano vendió sus propiedades y se marchó a su Granada natal. La villa de Benicalap pasó a manos de su hijastro Jacinto Gil de Avalle, fruto del primer matrimonio de su esposa con Martín Gil de Avalle. La propiedad pasó años después a Ángeles Gil Avalle y Grau, nieta de Mercedes y emparentada con los marqueses de Pescara, que en octubre de 1941 la vendió al industrial valenciano Plácido Navarro Pérez. Esta familia fue la última que habitó el palacete.

El lujo perdido de la última villa indiana

El edificio estaba rematado por figuras exóticas de monos y budas, que contribuyeron al halo de misterio que siempre ha envuelto el palacete. La entrada principal daba a un gran vestíbulo con salida al espléndido jardín trasero. A la izquierda del recibidor estaban los salones y a la derecha el despacho, una lujosa escalera y la cocina. En la segunda planta estaban las habitaciones con baño y en la planta tercera, por la que se accedía al torreón, las estancias del servicio.

El lujo perdido de la última villa indiana

Uno de los elementos más llamativos del casino es su escalera imperial, de varios tramos, con escalones de mármol blanco y rematados por grandes bolas de bronce que fueron expoliadas hace años. Los restauradores en la intervención llevada a cabo en los últimos meses han sacado a la luz la escalera y elementos de la decoración original como figuras de sirenas y tritones.

También se ha estudiado la imponente cúpula central con linterna-lucernario del casino decorada en las pechinas con retratos en forma oval de personajes ilustres, en concreto, aparecen los rostros de Cristóbal Colón, Velázquez , Gonzalo de Córdoba y Cervantes.

Se han descubierto los techos y zócalos policromados que decoran las estancias interiores, con formas geométricas de color blanco y azul ultramar en el zaguán central.

La propuesta de Singularq contempla la rehabilitación integral del edificio recuperando los elementos que todavía se conservan y reconstruyendo los que se han perdido como consecuencia de los incendios y los usos impropios

El estudio de Singularq asegura que «el aspecto de castillo fortaleza sobrio y pesado que se nos muestra actualmente del Casino del Americano no dialoga, en absoluto, con los restos conservados de lenguaje opulento y exótico, que conservan muchos de los espacios del interior».

Las villas indianas se caracterizaban por ostentar fachadas monumentales, verjas ornamentadas, galerías acristaladas, portadas de ensueño, jardines exuberantes, exquisitos detalles ornamentales, escaleras voluminosas, miradores y cúpulas. Aunque el casino del americano todavía conserva este aire de grandeza, muchos elementos se han perdido, sobre todo en el jardín y las fachadas exteriores, en las que sí se han encontrado restos de la pintura original de color ocre.

«Consideramos esencial la conservación tanto de los estratos interiores como los de la fachada y que los nuevos usos del edificio no impliquen la anulación de su identidad y de su historia». Los restauradores proponen así una intervención en el conjunto para que no se pierdan las huellas que todavía perviven.

pasado y presente del casino del americano. 1 2 Boceto original del Casino del Americano (1869) y estado actual. F

3 Imagen antigua del edificio y su jardín.