Posiblemente hayan perdido la cuenta de la cantidad de sistemas de recogida de residuos que hay en València. Lejos de ser un problema, es precisamente el futuro hacia el que se encamina esta área, que cuenta con el contrato más importante de cuantos se licitan en València, actualmente en torno a los 75 millones de euros. Así pues, la «adaptación a las diferentes casuísticas de la ciudad» y su «especialización» es el objetivo que persigue desde hace años el «cap i casal» en materia de gestión de basuras, según explica el vicealcalde Sergi Campillo, titular del departamento.

Por lo tanto se huye de la «uniformidad» del pasado, ya que es un modelo poco eficiente, según explica Campillo. «El ideal de una ciudad tan grande como València, con un núcleo urbano complejo y con la realidad de los pueblos, es que nos adaptemos a cada situación. La casuística en la ciudad y sus pueblos es muy diferente, por lo tanto no podemos ir hacia un sistema único, sino todo lo contrario», señala el edil.

Actualmente València cuenta con hasta siete formas diferentes de recoger los residuos que generan los ciudadanos, pero en el futuro inmediato quiere llegar hasta los nueve sistemas diferentes. Muchos de ellos son exclusivos de Ciutat Vella, pero la especial trama urbana y la importancia patrimonial de esta, obliga al consistorio a invertir en la mejora de la recogida de basura.

Además, el modelo de futuro del sistema de recogida de residuos tendrá que tener en cuenta dos aspectos muy importantes: por una parte el uso del ‘Big Data’ y la gestión inteligente de los depósitos (que ya está en marcha en algunos pueblos del norte y sur de la ciudad) y, por otra, la sostenibilidad del proceso, con vehículos cada vez más eficientes, menos ruidosos y con el objetivo de que generen cero emisiones.

En este sentido, la concejalía de Gestión de Residuos y Limpieza Viaria está preparando ya el pliego de condiciones del futuro contrato público de recogida de basuras y mantenimiento de las calles. El actual lleva en vigor 16 años, finaliza en noviembre, y como se ha comentado anteriormente, alcanza los 75 millones anuales. ¿Es mucho dinero? «Si lo dividimos entre la población de València, las cifras se ponen en perspectiva, ya que cada habitante de la ciudad sale a menos de 100 euros al año para que le recojan la basura y le mantengas las calles limpias», explica de manera educativa el vicealcalde Sergi Campillo.

La otra gran herramienta de futuro va a ser la redacción de un Plan Local de Gestión de Residuos durante 2021, «que será el modelo de futuro», explica el concejal del área. «Vamos a crear, a propuesta de Ecologistas en Acción, una Comisión Local de Gestión de Residuos, que junto a un modelo de participación ciudadana, servirá para abordar el plan. Nos gustaría que estuviese cuanto antes, pero la pandemia está retrasando muchos proyectos. En todo caso, ha de ser para 2021», anuncia el edil.

Cuestionado sobre si el nuevo contrato de gestión no debería esperar a la redacción del plan, Sergi Campillo explica que los pliegos de condiciones ya contemplarán muchas cuestiones de futuro. «En todo caso, el contrato no puede esperar, por cuestiones de contratación pública, pero al ser un contrato a largo plazo, estará obligado a contemplar que los sistemas de recogida van a cambiar, así que en el fondo no habrá problema porque ya estará previsto», asegura.

Tipos de contenedores

En València desde el año 2016 se está haciendo un esfuerzo significativo en aumentar el número de contenedores con los que la ciudadanía cuenta para depositar los residuos y, sobre todo, han crecido aquellos en los que la separación para un correcto reciclaje es más importante.

En ese sentido el contenedor amarillo, de envases, es el rey de la ciudad, con más de 3.750 depósitos, alrededor de un millar más que los que había hace solo un año. El motivo es la reordenación en la ciudad de los contenedores por islas, ya que en cada uno de estos puntos de residuos el vecino puede reciclar prácticamente la mayoría de los desechos que genera.

El otro gran protagonista es el contenedor marrón, que desde 2016 se ha introducido en todos los barrios de la ciudad y está destinado a los desechos orgánicos.

Nuevos sistemas

La recogida de residuos se encamina hacia la especialización. Desde hace unos años la nueva normativa para construir edificios obliga a las fincas a tener espacios para guardar sus propios depósitos y sacarlos cuando pasan a recoger la basura. Sobre todo se da en nuevos barrios de la ciudad.

Por otra parte, en Ciutat Vella se va a implantar también el «porta a porta» de envases y, sobre todo, un innovador sistema de recogida de basura con plataformas móviles que en Palma de Mallorca ha resultado ser un éxito.