La vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, ha hecho públicos hoy los detalles de la reformulación del PAI de Benimaclet, que perderá alturas y número de viviendas (de 1.400 se pasa a mil, de las cuales 350 serán de protección social) y ganará superficie de uso terciario para oficinas y empresas de innovación («no para hacer un centro comercial», precisó la vicealcaldesa). En concreto, el terciario casi se duplica, pasando del 13% inicial al, como mínimo, 20%. «Hay empresas interesadas en instalarse en la ciudad y no tienen donde hacerlo. Benimaclet, por su cercanía a las universidades, tiene posibilidad de albergar estas empresas de terciario avanzado», explica la vicealcaldesa.

La socialista Sandra Gómez asegura que el alcalde, Joan Ribó, de Compromís, ya ha sido informado de esta nueva versión «sostenible y eficiente» del controvertido PAI de Benimaclet. Y efectivamente esta tarde Compromís se ha manifestado al respecto para asegurar que esta propuesta de su socio de gobierno resulta «insuficiente» y necesita de un consenso social amplio que ahora no tiene.

La propuesta de Sandra Gómez no desclasifica suelo ni reduce la edificabilidad, solo la transforma, de modo que se evitan posibles reclamaciones judiciales y el pago de indemnizaciones a Metrovacesa, la empresa que compró hace dos años la mayor parte de los terrenos, y cuyo diseño inicial fue rechazado por el alcalde el pasado verano. Ribó anunció en julio que no aceptaría la propuesta de la agrupación de interés urbanístico liderada por Metrovacesa para urbanizar el ámbito, un trámite que ahora oficializa Urbanismo. Como anunciaron los socios del gobierno del Rialto, el plan se reformularía para atender las demandas de los colectivos vecinales, que piden incluso la reversión de los terrenos del PAI, atascado desde hace décadas y donde se cultivan huertos urbanos. La vicealcaldesa asegura que el PAI de Benimaclet será un desarrollo sostenible y con dotaciones cercanas que harán de esta zona un barrio de 15 minutos, además de «garantizar el cumplimiento de los objetivos de la agenda 2030».

Las mayores alturas, sin especificar, «se concentrarán junto las avenidas Alfahuir y Cataluña». El resto de la edificación, donde no habrá «casas de poble», deberá «adecuar sus alturas a las del entorno, reduciéndose las mismas conforme se acercan a la huerta para lograr una transición amable», afirma Sandra Gómez.

La propuesta, sin embargo, sigue sin gustar a Compromís, que esta tarde ha emitido un comunicado en el que califica de «insuficiente» la propuesta», ya que «se le da la última palabra sobre esta actuación urbanística a Metrovacesa».

Para Compromís es necesario un consenso de los socios de Gobierno, ya que «se trata de un tema de futuro» y de «mucha importancia para la ciudad». Esta formación ve positivo el hecho de que el PSPV no admita el planeamiento de Metrovacesa, pero lamenta que la empresa madrileña siga siendo la promotora del PAI cuando existe la opción de que «sea el propio ayuntamiento el que directamente defina los criterios de la actuación contando con los vecinos».