La Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) tiene previsto presentar 9 proyectos por valor de 81 millones de euros a los fondos europeos de rescate para la recuperación económica. De momento, ya ha enviado al Ministerio de Transición Ecológica de España sus «expresiones de interés», con el fin de informar al Gobierno de las líneas de trabajo en las que tiene puesta la mirada la Emshi y contribuir a definir las líneas estratégicas de actuación. Ejecutar los proyectos planteados supondría dar un paso más en la modernización de la red de abastecimiento y en la gestión del ciclo integral del agua. «Todas estas iniciativas en las que ha trabajado el equipo técnico de la Emshi están elaboradas desde un punto de vista medioambiental y sostenible con el entorno», apunta la presidenta de la Emshi, Elisa Valía. De hecho, siete de los proyectos responden a criterios de economía circular -están alineados con los objetivos de la estrategia España Circular 2030- y los otros dos están relacionados con las energías renovables. «La Emshi es una excelente candidata a estas ayudas para reactivar la economía, dado que se trata de una administración pública que actúa en el ámbito metropolitano, que está en constante búsqueda de la eficiencia energética y de actuaciones que luchen contra el cambio climático y minimicen la huella de carbono», explicó Elisa Valía.

«Los ambiciosos proyectos» prevén la implantación de sensores basados en fibra óptica a lo largo de toda la red, la instalación de fuentes de energía renovable fotovoltaica, así como la apuesta por la industria 4.0 y ciberseguridad en telemando del suministro. Las mejoras también pasan, entre otras actuaciones de carácter mucho más técnico, por la implantación de la metodología BIM aplicada a las redes de abastecimiento, «que permite un diseño y gestión posterior de las instalaciones desde una óptica global, y que se traduce en una gestión exponencialmente más eficiente de estas al optimizar recursos y prolongar su vida útil», resaltó Valía. Asimismo, se persigue reducir los tiempos de permanencia del agua en los depósitos y con ello incidir positivamente en la calidad del agua, así como contar con un nuevo depósito de cabecera a una cota adecuada para reducir el consumo energético.