El tiempo en València para los próximos días vaticina que la semana de las atípicas Fallas de 2021 -del 1 al 5 de septiembre- empezará con ambiente revuelto, chubascos y tormentas localmente intensas pero no muy prolongadas, típicas de esta época, que se mantendrán hasta el miércoles de la plantà, aunque el resto será más estable y no excesivamente cálido.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que la segunda mitad de la próxima semana finalice la inestabilidad de los primeros días y se alcancen temperaturas máximas próximas a 28 grados a mediodía y mínimas sobre los 22, con un ambiente nocturno cálido.

En general, a partir del lunes las temperaturas máximas estarán ligeramente por debajo de lo normal en un mes de septiembre y mínimas ligeramente más altas.

Tan lejanos de la normalidad fallera de marzo van a estar los actos programados para las Fallas de septiembre como distinto es el clima y el tiempo de unos festejos que se celebran a las puertas de la primavera que los que se van a celebrar en el último mes del verano.

La evolución de la temperatura media en València en un año evidencia que las Fallas de marzo son aún en época fría, aunque a 60 días del periodo más frío del año, y las de septiembre sólo 28 días después de la canícula, aún en el periodo de días más cálidos del año, con una temperatura media similar a la del 8 de julio.

Si se revisa la climatología desde 1938, cuando comenzaron los registros en el observatorio de Viveros, se advierten las diferencias en temperatura, precipitaciones, viento o temperaturas del mar entre unas Fallas a mediados de marzo y en la primera semana de septiembre.

Computando los 83 años de registros, la temperatura media diaria de las Fallas de marzo es de 14 grados y la de septiembre es de 24,3 (10,3 grados por encima). La semana fallera más cálida (1988) fue más fría que la equivalente a la más fresca de un septiembre.

Las temperaturas más altas en unas Fallas de marzo fueron los 30,8 grados de máxima del 19 de marzo de 1940 (solo una vez se superó los 30), mientras que en la semana del 1 al 5 de septiembre se han superado los 30 grados en 88 ocasiones -1 de cada 5 días-, con el máximo absoluto el 3 de septiembre de 1999 con 38,4 grados.

El final del invierno y el principio de la primavera suelen estar caracterizados por una gran variabilidad atmosférica, y suele ser habitual que a días relativamente frescos le sucedan otros cálidos, aunque hay un patrón que se suele repetir con mucha frecuencia en la semana de Fallas y que se conoce popularmente "tiempo fallero".

A partir de mediodía se establece el típico régimen de brisas, que cuando es el predominante en esta semana de fiestas, da lugar a que las temperaturas diurnas más altas tomen valores próximos a 20 grados mientras que las mínimas se quedan alrededor de 10, han detallado fuentes de Aemet.

Esas brisas, que ventilan y refrescan las ciudades litorales, en septiembre ya son muy débiles, con lo que hay que contar que, además de que las temperaturas son más altas, el confort térmico es más bajo.

En el caso de las precipitaciones es al revés, septiembre es más variable que marzo, con una gran variabilidad entre unos años y otros.

La mitad de los años analizados (42 de 83) no hubo ningún día con precipitación apreciable en la semana del 1 al 5 de septiembre en la ciudad, pero en un 17 % de los años (14 de 83) llovió un día de forma apreciable y también en un 17 % de los años llovió dos. En 2003, 2004 y 2015 hubo precipitaciones en 4 de los 5 días.

Pero la gran diferencia en cuanto a precipitaciones con respecto a marzo, más que en el número de días de lluvia y la variabilidad, radica en cómo se producen en septiembre, cuando son mucho más intensa y en muchas ocasiones acompañadas de tormenta.

Los grandes temporales de levante que afectan a un área extensa y son persistentes durante horas son más característicos a partir de mitad de septiembre y durante octubre y noviembre, aunque se han dado en alguna ocasión en la primera semana.

El más significativo fue el episodio del 4 al 6 de septiembre de 1989, que provocó graves inundaciones. Hubo registros de 508 l/m2 en Torrent, 437 en Tavernes de la Valldigna, 402 en Gandia y 356 en El Verger. En València se acumularon 201 l/m2, de los cuales 171 fueron el día 5 y llovió más de 19 horas seguidas.

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A no ser que haya alguna racha de viento provocada por tormentas, el viento en la primera semana de septiembre es menos intenso que en marzo y es muy baja la probabilidad de un temporal de viento fuerte, lo que no ocurre en marzo, cuando hay años con temporales de viento de poniente que dificultan la plantà y la estabilidad de los monumentos falleros.

La semana del 1 al 5 de septiembre, en promedio, tiene cinco horas más de sol que las Fallas de marzo (37,7 horas en marzo frente a 42,7 en septiembre), mientras que la temperatura del mar aún está fría en marzo (13,9 grados de media) frente a los 25,6 grados de media en septiembre.