La elección de las trece candidatas a fallera mayor y otras tantas a fallera mayor infantil de València seguirán mostrando mañana por la noche esa imagen inaudita que arrastra la fiesta desde hace un año y medio. Las candidatas desfilarán y se darán a conocer con mascarilla. Servirá como apoyo las fotos oficiales, las que se hicieron el primer día, en las que sí que se retrataron a cara descubierta. Pero el acto de la Fonteta, no es que quede deslucido, es que será el reflejo de lo que es el momento actual. Ya advirtió el concejal Carlos Galiana a todas ellas que los actos, tanto en modo como en cantidad, que tendrán las elegidas no pueden mirarse con parámetros convencionales. El recurrente «pues las del año pasado hicieron...». Ya Consuelo Llobell, Carla García y sus cortes han escenificado la actividad fallera de una forma sui generis a la fuerza. Las que salgan elegidas en la Fonteta podrán tener la suerte de recuperar la normalidad, si todo va bien, pero más adelante. Tanto es así que, a día de hoy, tampoco se puede contar con que la elección y proclamación de fallera mayor vayan a ser convencionales, con el caos en el domicilio de las elegidas y el brillante y abigarrado acto del hemiciclo municipal al día siguiente. La mascarilla es una medida para evitar no arriesgar: si al final se hubiesen hecho pruebas a todas habrían podido desfilar sin el tapabocas. Pero si una, sólo una, hubiese dado positivo, el acto se iba al garete. Se ha optado, pues, por el más vale malo conocido que peor por conocer. Además, a última hora ha aumentado el aforo e irán 14 por cada comisión con candidata y cuatro para el resto de comisiones.