El alcalde de València, Joan Ribó, ha presentado esta mañana, junto con la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, las bases del concurso de ideas para el diseño definitivo de la plaza del Ayuntamiento. En los pliegos se abre la puerta a la peatonalización integral de la plaza y al desvío de la línea C1, que dejaría de entrar en la plaza. El alcalde ha expresado sus dudas sobre la necesidad de que los autobuses de la EMT lleguen a la plaza. "En su momento se pensó que era necesario, pero ahora tengo mis dudas". Por ello, ha apuntado el alcalde, se dejará en manos de los técnicos y del equipo multidisciplinar que gane el concurso la decisión de cerrar completamente al tráfico la plaza, ganando así para el peatón 12.000 metros cuadrados de espacio público en el corazón de la ciudad.

La idea es que el concurso pueda estar a lo largo del próximo año, con lo cual las obras de la plaza podrían empezar en septiembre de 2023, según ha avanzado la vicealcaldesa.

En marzo de 2022 se cumplirán dos años del cierre provisional, con un proyecto de urbanismo táctico, de la plaza del Ayuntamiento, por la que pasaban 10.000 coches al día. El coche ocupaba el 60% del espacio público, cuando este medio de transporte solo se usa en un 20% de desplazamientos.

Ahora, el 18% del espacio es para el tráfico y el 82% para el peatón. Cuando llegamos el coche consumía el 52%, ha precisado la vicealcaldesa.

Entre los criterios que mandarán en el concurso de ideas se incluye la instalación de mobiliario urbano accesible, la generación de zonas de sombra, de espacios flexibles para la fiesta, así como la renovación y reubicación de los puestos de flores. En la nueva plaza no habrá más terrazas para la hostelería y se primaran las propuestas que fomenten el comercio local y la puesta en valor edificios singulares como el Rialto, el edificio de Correos o el propio ayuntamiento "de gran valor patrimonial, histórico y arquitectónico".

El proyecto ganador tendrá un premio en metálico de 559.000 euros el ganador. El proyecto tendrá que ajustarse a un presupuesto máximo de 8,6 millones de euros. El jurado "paritario" estará formado por representantes del colegio de arquitectos, de la conselleria de Cultura y técnicos del ayuntamiento.