La aprobación definitiva del proyecto para la regeneración de las playas del Saler y la Garrofera de València, en el parque natural de la Devesa-Albufera, por parte del Ministerio de Transición Ecológica fue valorado ayer por el alcalde, Joan Ribó, quien lamentó el retraso de varios años del proyecto y la inacción del anterior gobierno del PP al respecto. Ribó matizó, no obstante, que a la vista de los graves daños causados por las últimas DANA, el trasvase de arena no será una solución definitiva. «Nuestro miedo es que venga otro temporal y se lleve todo, pero es imprescindible que se regeneren las playas», dijo Ribó en alusión a la arena del yacimiento marino de Sueca y Cullera que se trasvasará al Saler, según lo previsto en el proyecto de regeneración.

El alcalde confió en que el Gobierno encuentre la solución para que la regeneración «sea estable». El cambio climático y la pérdida de arena es un hecho que se está acelerando y que podría incluso afectar a la Albufera, destacó el alcalde. En este sentido, el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, que en septiembre de 2020 se reunió, junto con el alcalde, con la ministra Teresa Ribera para solicitar soluciones integrales para el litoral de València, apuntó que serán necesarias medidas de mantenimiento periódicas para poder estabilizar las playas del sur, más castigadas por las inclemencias

El plan de regeneración de las playas, considerado como tabla de salvación para el litoral del parque natural, tiene un coste estimado de más de 28 millones de euros, de los que el puerto de València aportará la mitad (15 millones). El plan supondría actuar sobre una franja litoral de siete kilómetros de extensión.