Nunca había sitio en su bar. Incluso montaba las mesas en la máquina recreativa de pinball para dar cabida a toda su clientela fiel que acudía en busca de los sabores de sus salazones y ahumados, presentados de mayor a menor gusto de sal.

Y es que Casa Jomi, situada en el corazón de Natzaret, era la casa de todos. Y seguirá siéndolo a partir de ahora sin su buque insignia: Miguel Tirado "Miguelito", quien falleció el viernes pasado "libre de molestias de salud, problemas y sinsabores de la vida", según han informado desde Casa Jomi, el bar de tapas selectas que él mismo fundó en 1969 y "donde dedicó la mayoría de su vida y esfuerzos".

"Como dijo días antes, ya había hecho todo lo que tenía que hacer y disfrutado muchísimo en esta vida", han manifestado desde su propio templo gastronómico. Allí, entre otras, se ofrecían exquisiteces como tomates con bonito y olivas, patatas bravas, bocas de cangrejo o hasta montaditos de chuleta.

Casa Jomi parece un camarote de un barco. Levante-EMV

Tirado era un apasionado del mar y así concibió su local: a imagen y semejanza de un camarote de un barco, con el diseño de madera. "Era un viejo lobo de mar", han revelado desde su bar. "Alguien con tan buen humor como él, no desearía que lo recordarán con tristeza. Al contrario, con simpatía, con una sonrisa. Pensando en los gratos momentos que compartieron con él. Y dedicándole en su honor un brindis con su copa preferida", han declarado. El restaurador fue enterrado este sábado y "su recuerdo, su esencia, y su labor permanecerán siempre en Casa Jomi".