Han pasado ocho meses del comienzo de la invasión rusa y la guerra en Ucrania ya no suele abrir los informativos, aunque sus consecuencias siguen sembrado de incertidumbre la economía de medio mundo en un contexto de crisis energética global. Para recordar que las masacres perpetradas por Rusia continúan azotando a la población ucraniana, cientos de compatriotas han vuelto a manifestarse este domingo por las calles de València con el doble objetivo de agradecer la ayuda recibida de los valencianos y evitar que decaiga el apoyo frente a Putin.

"Tenemos que estar todos juntos unidos para parar esta guerra y queremos hacer un llamamiento para que la gente no se olvide: Rusia sigue bombardeando ciudades y están muriendo niños y civiles", explica el presidente de la Asociación de ucranianos en la Comunitat Valenciana que organiza la marcha, Mykhaylo Petrunyak, antes de dar comienzo a la primera concentración en la Plaza Puerta de la Mar. Allí se ha detenido un autobús del que ha bajado un grupo de niñas ucranianas ataviadas con vestidos folklóricos que esta tarde (16 horas) ofrecen una actuación de bailes tradicionales que recaudará fondos para los huérfanos cuyos padres han muerto en la guerra.

La manifestación ha recorrido las calles más céntricas de València hasta confluir en la Plaza de la Virgen. Los participantes han entonado cánticos patrióticos que reivindicaban la "gloria" nacional y animaban a las tropas de un país que resiste al invasor desde febrero, dos días después de la celebración del Día del Defensor de Ucrania. También han clamado contra Putin, al que han llamado "asesino" y "terrorista" y han exhibido banderas y pancartas que daban las gracias a la población valenciana y española por la ayuda y que llamaban a Europa a detener y a aplicar nuevas sanciones contra el presidente ruso.

Aunque entre los ucranianos no se pierde la esperanza, preocupa el desgaste de las tropas y de la población que permanece en el país ante la inminente llegada del invierno. "Para los militares es un riesgo porque se van a tener que enfrentar a temperaturas muy bajas y los rusos están destruyendo los sistemas de electricidad", señala Irina, que aunque lleva cuatro años en València su familia sigue en Kiev. "Tengo miedo, pero ellos son muy patriotas y no quieren salir de Ucrania, solo lo harán cuando ganemos", lamenta esta ucraniana muy agradecida al pueblo español por el apoyo prestado tras la invasión "cuando no teníamos nada".

"Queremos que no nos olviden"

"La esperanza es la última que muere, pero queremos que no nos olviden: falta mucha ayuda, la gente necesita aún más que antes porque son muchos meses de guerra y genocidio", advierte Cristina, otra de las ucranianas atraídas por la convocatoria. Levantar el ánimo a los que están dando la vida por Europa y mostrarles su apoyo son las razones que han llevado a participar en la marcha a esta ciudadana que vive 18 años aquí pero que tiene a su abuela, a su padre y a sus hermanos en su país natal, estos últimos obligados a servir a la patria. "Se echan en falta más noticias sobre la guerra; está muriendo más gente que antes", agrega.

Tras el periodo estival, durante el cual la asociación de ucranianos de la C. Valenciana ha notado cierta pérdida de atención al conflicto, Petrunyak pone el foco en que hay mucha gente en Ucrania que pasa hambre, que no tienen medicamentos ni casas ni abrigos "porque estaban obligados a irse de casa con lo puesto". De ahí que una de misiones de la marcha de ayer era recolectar fondos para ayudarles. "Putin y Rusia pretenden destruir la unidad de Europa y los valores humanos con un chantaje de bombas y crisis económica que extiende el hambre a otros países".

El presidente del colectivo alerta del riesgo de que la comunidad europea se separe "por la propaganda rusa", que pide a pueblos como el italiano o el español "que se levante contra sus gobiernos para que dejen de ayudar a Ucrania". "El segundo paso es ocupar Polonia y los países bálticos y para ello Putin se sirve de ayudantes como Le Pen en Francia o Schröder en Alemania", apunta Petrunyak. "Ucrania es la primera barricada antes de entrar en la comunidad europea: estamos defendiendo la UE contra quienes menosprecian los valores humanos de esta dictadura rusa", apostilla.

El activista ucraniano asegura que sus familiares y amigos que siguen en Ucrania "no tienen miedo de los últimos bombardeos, que han unido mucho más a las personas". "Putin pretendía que tuvieran miedo y que se escaparan, pero la mayoría de la gente en Europa ha entendido que Rusia es un país terrorista: querían ocupar un terreno pero están bombardeando un país entero", subraya.

Sergio, que reside en València desde hace una década, también tiene a su hermana, sus sobrinos y tíos en el país, aunque sus padres consiguieron escapar tras varias semanas atrapados. "Sigue habiendo mucha angustia y sufrimiento. Todo el mundo debería ser consciente de que esta guerra no trata solo de Ucrania: Putin no va a detenerse y si se le deja hacer lo que le da la gana y se le perdona va a seguir igual, como hizo Hitler", sostiene. "Cuanto antes se le frene menos gente sufrirá en todo el mundo", incide Sergio, que también ve esperanza en el horizonte pero pide "ayudar más a Ucrania y no olvidar" el conflicto.

En el acto ha participado también el senador del PP Fernando De Rosa, que se ha dirigido al público en la plaza de la Virgen para mostrar su solidaridad con Ucrania.