Limpiar la cocina es fundamental para mantener una buena higiene en los alimentos y en todo aquello que consumimos. No en vano, la cocina es una de las estancias más importantes de nuestro hogar y está llena de elementos en los que se pueden acumular bacterias y grasa debido al permanente uso de productos crudos, como la carne, el pescado o las verduras, y el aceite que se emplea para cocinar, por eso es tan importante limpiar adecuadamente todo lo que utilizamos a la hora de manipular los alimentos.

Ya te hemos contado cómo limpiar la nevera por dentro (y por fuera) o cómo desinfectar las tablas de cortar, y a continuación vamos a explicarte cómo limpiar uno de los electrodomésticos que más grasa coge: la campana de la cocina.

Cómo limpiar la campana de la cocina

Para desengrasar y asear la campana extractora es imprescindible seguir una serie de pasos que facilitarán tu tarea. Es un trabajo sencillo pero engorroso por la cantidad de grasa que puede acumularse en su superficie y en los pequeños recovecos de la campana de cocina, pero con un poco de paciencia y constancia, pronto estará solucionado y el extractor quedará perfecto y listo para seguir ayudándote a la hora de cocinar.

Lo primero es aprovisionarte de guantes, un par de bayetas de cocina y, si es necesario, de un cepillo suave o incluso de un cepillo de dientes desgastado que te ayudará a la hora de acceder a cualquier rincón. También necesitarás un desengrasante comercial (líquidos preparados con un gran capacidad de eliminar la grasa) o simplemente amoníaco.

Bajo estas líneas te explicamos de forma rápida y sencilla cómo limpiar la campana de la cocina. Es fácil, ya verás:

  1. Desconecta la campana extractora (es fundamental para evitar accidentes). El interruptor suele estar cerca del electrodoméstico pero en otro punto de la cocina, próximo a la encimera.
  2. Desmonta los paneles exteriores y los filtros de la campana de la cocina. Suelen disponer de un pequeño ganchito móvil que te permitirá soltarlos y dejar al descubierto el interior.
  3. Introduce los paneles, y sobre todo los filtros, en agua caliente a la que habrás puesto algo de lavavajillas y un buen chorro de amoníaco. Si tienes desengrasante, rocíalos bien con este líquido y, al cabo de unos minutos, mételos en el agua caliente.
  4. Déjalos reposar allí mientras limpias la estructura interna de la campana de la cocina.
  5. Empapa ligeramente una bayeta con desengrasante o bien con unas gotas de lavavajillas y un buen chorro de amoníaco. Si lo prefieres, puedes hacer la mezcla en una palangana pequeña donde puedas remojar la bayeta.
  6. Frota con la bayeta con desengrasante o la mezcla hecha por ti por todos los elementos en los que veas la grasa. Si ves que hay mucha o está muy seca, es recomendable que utilices un cepillo ligeramente humedecido en este líquido antigrasa. Si fuera necesario, puedes incluso rociar directamente el desengrasante sobre los elementos más cubiertos de grasa.
  7. Enjuaga la bayeta todas las veces que sea necesario (a ser posible con agua caliente porque te resultará más fácil deshacerte de la grasa) y repite la operación hasta que el interior de la campana esté libre de aceite. Si limpias la campana de la cocina de manera regular, acabarás enseguida, si no, la primera vez te costará algo más.
  8. Una vez ya libre de grasa, enjuaga la bayeta (si es necesario y hay mucha grasa tendrás incluso que cambiarla) y las partes internas de la campana extractora. Si para enjuagar utilizas vinagre blanco, la tarea será más fácil por su capacidad desengrasante.
  9. Ahora es momento para los paneles exteriores y los filtros. Sácalos del agua y friégalos bien con un estropajo con lavavajillas y amoníaco. Es probable que los filtros se queden con restos de estropajo o cepillo, así que es mejor que utilices la bayeta o algún elemento que no deje residuos.
  10. Cuando tengas ambos elementos limpios de grasa, enjuágalos generosamente y déjalos secar. Luego, vuelve a ponerlos en su lugar y a cocinar.

Es probable que, tras limpiar la campana de la cocina, notes que el extractor va mucho mejor que antes: es normal, simplemente le has quitado la grasa que no le dejaba absorber correctamente todos los vapores de la cocina.

Cómo limpiar la campana de la cocina y dejarla sin rastro de grasa. Pexels/Polina Tankilevitch

Si no quieres utilizar productos químicos como un desengrasante o amoníaco, puedes emplear bicarbonato, aunque tendrás que tener algo más de paciencia. En este caso, lo mejor es que hagas una pasta con agua y bicarbonato de sodio (en mayor proporción este último) y que procedas como te hemos explicado antes. Quizás te cueste algo más liberarte de la grasa, pero no te preocupes porque saldrá sin necesidad de químicos no naturales y la campana de la cocina quedará también reluciente.