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Enrique Pepiol SalomVocal de Oficina de Farmacia del MICOF

'La pandemia ha puesto de manifiesto que existen oportunidades para la mejora de la asistencia sanitaria'

El vocal de Oficina de Farmacia del MICOF considera que están 'cerca' de establecer acuerdos de colaboración con las autoridades sanitarias acerca de la farmacia comunitaria

'La pandemia ha puesto de manifiesto que existen oportunidades para la mejora de la asistencia sanitaria'ED

El pasado martes, 5 de abril, tuvo lugar una Jornada semipresencial sobre ‘El nuevo rol de la oficina de farmacia en la reconstrucción del Sistema Nacional de Salud’ en la sede del Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF). En ella, se abordó el futuro de la farmacia comunitaria tras la crisis sanitaria provocada por la covid-19 y se presentó un nuevo estudio realizado por el MICOF al respecto.

P: ¿Qué ha llevado a la realización del estudio presentado en la Jornada?

R: Desde hace décadas, se ha puesto de manifiesto la necesidad de que las oficinas de farmacia desarrollen un papel asistencial más allá del almacenamiento, conservación y dispensación de medicamentos. Esto dio lugar a los servicios profesionales asistenciales, que se han desarrollado de forma desigual en los distintos países del mundo. El MICOF planteó este nuevo proyecto con el fin de establecer los objetivos específicos para trabajar en este cambio y establecer un foro de conocimiento, ideas, debate y consenso.

Con ello, esperamos definir una hoja de ruta que nos permita trabajar para ofrecer mejoras asistenciales para los pacientes y obtener ventajas mutuas sobre la colaboración de la farmacia con los equipos asistenciales del sistema de salud y de la administración sanitaria.

P: ¿En qué consiste y cuáles han sido sus conclusiones?

R: Lo interesante del estudio es que han participado tanto farmacéuticos de distintas modalidades de ejercicio como personal de medicina, enfermería o de la administración sanitaria, en general. Al principio, se creó un grupo de trabajo con diferentes profesionales que propusieron una serie de líneas estratégicas que pudieran servir como un proyecto de consenso entre todos los profesionales.

En este punto, se obtuvieron diez líneas iniciales que se sometieron a un análisis a partir de cuatro dimensiones —beneficio para la sociedad, impacto sobre la farmacia comunitaria, complejidad de ejecución y dependencia de terceros—. 

A continuación, los expertos deciden abordar con más detalle las propuestas más factibles: la colaboración entre farmacia hospitalaria y comunitaria, así como la mejora de la accesibilidad de medicamentos; un programa para el seguimiento del paciente crónico con la participación de la farmacia comunitaria; la definición de una cartera de servicios para la farmacia rural. Más adelante, se añade una cuarta propuesta que sugiere un nuevo análisis acerca de un nuevo modelo de retribución para las oficinas de farmacia

Por último, el grupo de trabajo ha establecido un decálogo de conclusiones obtenidas del estudio: la oficina de farmacia ha de considerarse un eslabón más de la atención primaria; la prestación de servicios asistenciales debe ser opcional para las oficinas de farmacia —deben cumplir unos requisitos y asumir unos compromisos—; se debe facilitar el acceso del farmacéutico comunitario a los datos necesarios para colaborar con otros profesionales en el seguimiento de los pacientes.

Es necesario un desarrollo informático para disponer de cauces de comunicación y coordinación entre farmacia comunitaria, de atención primaria y hospitalaria; deben fomentarse y establecerse foros conjuntos para el diálogo, la formación y el consenso entre diferentes profesionales para crear cauces de comunicación y protocolos de interacción; consensuar protocolos y relación entre los centros de Atención Primaria y las oficinas de farmacia.

Se debe promover el uso de programas para evaluar resultados y poner de manifiesto el valor asistencial de la farmacia comunitaria; la necesidad de analizar un nuevo modelo retributivo que tenga en cuenta estos servicios asistenciales; se deben poner en marcha medidas específicas para la viabilidad de las farmacias rurales —más allá de las ayudas a las farmacias VEC (Viabilidad Económica Comprometida)— y que se les reconozca como servicio sanitario básico; se recomienda impulsar foros de ámbito nacional para establecer una estrategia nacional para la farmacia comunitaria.

Nueva Junta de Gobierno del MICOF.

P: ¿Ha sido la pandemia un acicate para acelerar ese paso hacia una farmacia asistencial?

R: No creo que la pandemia sea decisiva para ello, porque el proceso ya estaba en marcha. La profesión lleva varias décadas encaminándose hacia la farmacia asistencial, debido a factores como el envejecimiento activo, el aumento de prevalencia de enfermedades crónicas o la necesidad de imponer un uso racional de medicamentos. Lo que sí ha puesto de manifiesto la pandemia es que existen oportunidades para la mejora de la asistencia sanitaria.

Además, se ha constatado que será necesario hacer un sistema de salud más fuerte y capacitado para hacer frente a los retos del futuro. En este sentido, la farmacia comunitaria puede ayudar.

P: ¿Cree que las autoridades sanitarias apoyarán este nuevo rol del farmacéutico comunitario?

R: Mi opinión es que sí. Desde hace algunas décadas, la OMS recomienda a los sistemas nacionales de salud que aprovechen el potencial de la farmacia comunitaria; y la Federación Internacional Farmacéutica (FIF) se ha expresado en el mismo sentido. 

Por otro lado, en aquellos países en los que se han desarrollado servicios asistenciales, los resultados de la colaboración entre la administración sanitaria y la farmacia comunitaria corroboran que existen muchas ventajas tanto para los pacientes como para los sistemas nacionales de salud; así pues, pienso que estamos más cerca de establecer acuerdos de colaboración con las autoridades sanitarias.

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