Los botellones han regresado a las calles de València con el fin del toque de queda nocturno. El alto ritmo de vacunación, el hastío de casi dos años de restricciones, la sensación de seguridad de los más jóvenes y las ganas de comerse el mundo han provocado que varios centenares de jóvenes (algunos fines de semana la cifra podría contarse por miles) abarroten la zona de ocio de Blasco Ibáñez en la que coinciden la plaza del Cedro y la plaza Honduras.

El ambiente en este punto de la ciudad muestra una alta concentración de personas por las tardes que aumenta cada día entre el miércoles y el sábado, coincidiendo con el inicio de los días de la semana en los que de forma tradicional se han celebrado fiestas en el ámbito universitario y uniéndose con el fin de semana.

Las imágenes que los vecinos de Honduras, Cedro y Blasco Ibáñez graban cada noche y madrugada muestran las aglomeraciones que se producen al anochecer, pero también a partir de las 3.00 de la madrugada, cuando cierran todos los locales de ocio nocturno de la zona obligados por las actuales restricciones por coronavirus.

Algunos vecinos, como se aprecia en las imágenes que acompañan a esta información, denuncian la inactividad de la policía desplegada en la zona.