Los trabajos de extinción y búsqueda de víctimas no cesan. Varios drones de los bomberos vuelven a sobrevolar los restos de las dos torres que ayer por la tarde fueron devoradas por el fuego en el barrio de Campanar para detectar puntos calientes en la estructura y también buscar nuevas víctimas.

La noche ha sido muy intensa. Las labores de los bomberos se han centrado en refrescar toda la zona para evitar rebrotes y asegurar la estructura. La voracidad de las llamas fue tal que en apenas 35 minutos el edificio se convirtió en una verdadera bola de fuego. Precisamente por eso, resulta imposible acceder al interior del inmueble. Las altas temperaturas han deformado materiales y superficies y el agua ha empezado toda la estructura. Los bomberos no pueden entrar por el riesgo de desprendimientos localizados dados los daños estructurales y también el peso del agua utilizada para extinguir el fuego.