Llegar al estadio con el neceser bajo el brazo, esperar en calma tensa en el túnel de vestuarios, saludar a unos y otros durante el sorteo inicial en el campo, disfrutar compitiendo con el brazalete apretando. Hace 15 meses que Bruno Soriano no ejerce de Bruno Soriano, centrocampista, símbolo, líder y capitán del Villarreal CF. Lesionado, Bruno atravesó la temporada pasada una espiral tortuosa de problemas físicos, sin jugar un solo minuto, pero acaricia ahora el final del martirio. Esta semana ha vuelto a realizar ejercicios de entrenamiento con el grupo. Si todo va bien, si sigue progresando, desde el club esperan que vuelva a jugar «a corto plazo».

Bruno Soriano cumplió en junio 34 años. Así encaró un verano sin vacaciones, tratamiento tras tratamiento, su rutina en los últimos tiempos. Todo empezó a final de la temporada 2016-17. El de Artana pasó por el quirófano para corregir una dolencia en la tibia de su pierna izquierda. En principio se fijó su vuelta para el invierno, pero llegó el invierno y Bruno no volvió. Tampoco en primavera. El dolor no desaparecía. La recuperación no fue tal y los planes se enquistaron. Cada avance físico giraba en contra a los pocos días. Hubo muchos médicos y muchos tratamientos distintos hasta que este verano mejoró progresivamente y el dolor se esfumó, sin que haya una única explicación, una razón específica. Ahora Bruno sufre unas pequeñas molestias en la rodilla, pero el dolor en el pie, el problema principal, ha desaparecido.

Su regreso encierra un gran valor sentimental, pero también práctico. Su ausencia aceleró la irrupción de Rodrigo Hernández, que se marchó al Atlético. Con Javi Fuego también lesionado, Santiago Cáseres es el único especialista en el pivote. El sensacional arranque de curso del argentino ha apaciguado las urgencias amarillas en la última semana de mercado.

El referente

El Villarreal al completo espera con emoción la vuelta de Bruno, después de haber disfrutado del regreso de Santi Cazorla, superviviente también a otra historia de lesiones problemáticas. Bruno fue un futbolista de explosión tardía. Debutó en Primera a los 22 años, de manera fugaz. No se asentó como indiscutible hasta los 25. Canterano, fino y pivote clásico, Bruno se ganó el amor eterno de la grada de la Cerámica al quedarse en el club tras el descenso a Segunda de 2012. El Villarreal consiguió retener al futbolista, lo renovó y lo convirtió en la bandera de la reconstrucción. Bruno Soriano fue la primera pieza sobre la que construyó el club «groguet» su nuevo relato. El de Artana respondió en el campo: lideró el ascenso desde el barro y guió a esa hornada de jóvenes (de Mario a Trigueros pasando por Jaume Costa), que saltó de Segunda a Primera y de Primera a Europa, en una escalada gradual hacia la élite. Ya es algo más que un jugador. El Villarreal lo esperará lo que haga falta.

Bruno, internacional con España desde 2010, jugó la fase final de la Eurocopa de 2016. Cerró la temporada siguiente con un sonado triunfo al Valencia en Mestalla, 1-3, en mayo de 2017. Al poco pasó por el quirófano y empezó la larguísima travesía. Quince meses después, el final feliz se ve más próximo.

El dato El «groguet» con más partidos en LaLiga Santander

La carrera de Bruno Soriano es una rareza en el fútbol profesional de esta época. No ha vestido otra camiseta que la amarilla, exceptuando sus épocas de juventud en el equipo de su pueblo, Artana. Bruno ha desarrollado toda su trayectoria en el Villarreal. El canterano es el futbolista con más partidos disputados en Liga, con 283; segundo es el hispano-brasileño Marcos Senna que disputó 259 partidos y en tercera posición aparece Rubén Gracia Calmache 'Cani', que jugó 221 encuentros.

En total, Bruno ha jugado 418 partidos oficiales con el Villarreal, de Segunda a la Champions. ldc