La declaración de las dos víctimas menores de edad de la violación grupal ocurrida en una casa abandonada de Burjassot el pasado 16 de mayo, adelantada en exclusiva por Levante-EMV, y por la que están encausados seis adolescentes de entre 15 y 17 años ha vuelto a ser aplazada. Y ya van dos veces.

Este nuevo retraso se suma al que ya se produjo el pasado mes de julio y conlleva que las dos víctimas no hayan podido declarar todavía ante la jueza desde que sucedieron los hechos.

En ambos casos, la razón es que las defensas han pedido la suspensión de esa diligencia alegando indefensión de los presuntos agresores sexuales, ya que la Policía aún no ha enviado el volcado con el contenido de los teléfonos de los investigados por la violación grupal.

Los seis adolescentes encausados alegan que han olvidado de golpe las contraseñas de acceso a sus móviles

De hecho, la Jefatura Superior de Policía de València envió ayer mismo un escrito a la jueza de Menores 2 de València, que instruye la causa, explicando que ese retraso en la prospección de los móviles de los encausados deriva de que estos no han facilitado los PIN para acceder a su contenido, lo que está dificultando el trabajo policial, ya que tienen que puentear el acceso salva guardando los archivos. 

Fuentes conocedoras del procedimiento judicial han explicado a Levante-EMV que los seis adolescentes han alegado el mismo argumentado:que han olvidado de pronto sus claves de acceso a los teléfonos móviles. 

En este caso, al tratarse de menores esa declaración debe realizarse en la llamada cámara Gesell, un espacio de seguridad en el que, asistida de personas especializado en atención a víctimas y a menores, declara tras un espejo a salvo de miradas. Se da la circunstancia de que únicamente hay dos cámaras Gesell para toda la provincia de Valencia: una física, ubicada en el Instituto de Medicina Legal (IML) de València, y otra que funciona por videollamada, utilizada principalmente para víctimas localizadas en municipios alejados de la capital.

La escasez de estos espacios de seguridad para las víctimas menores hace que el retraso de las declaraciones sea importante. En este caso, las menores aún no han podido dar su versión de los hechos ante la jueza.

Así es la cámara Gesell, el refugio judicial de los niños

Así es la cámara Gesell, el refugio judicial de los niños Germán Caballero / A. Iranzo

Las agresiones sexuales ocurrieron hace cuatro meses en una casa abandonada de esta localidad del área metropolitana de Valencia y en total se detuvo a siete personas: seis menores de edad -todos ellos quedaron en libertad vigilada- y un joven de 18 años, si bien la causa contra este último se archivó provisionalmente al constatarse que no estuvo en el lugar.

Qué es una cámara Gesell

Se trata de un espacio tranquilo, fuera de los juzgados, utilizado para la declaración de víctimas de corta edad, que principalmente han sufrido agresiones sexuales o malos tratos. Este ambiente está diseñado para que los menores puedan dar su versión de los hechos fuera de la presión que supone hablar en un juzgado. Esta sala cuenta con otra anexa y separada por un cristal de visión unidireccional en la que se sitúan el juez, el fiscal, los abogados y el funcionario que maneja los sistemas.

La declaración de los pequeños queda registrada tanto en audio como en vídeo y en este caso es un psicólogo forense el responsable de hablar con el menor proporcionándole toda la confianza posible parta lograr su testimonio.