La falta de fuentes y otras infraestructuras que permitieran abastecer de agua a la población, propiedades agrarias y ganado que pasaba por las veredas de forma continua obligó a Algar del Palància, en la comarca de El Camp de Morvedre, a recurrir a otros sistemas alternativos de almacenamiento y suministro, como la construcción de aljibes.

Aunque estas infraestructuras se conocen desde la época romana, las transformaciones agrarias acabaron con la mayoría, lo que obligó a Algar a reconstruirlas a principios del siglo XX. Para ello, se utilizó piedra del terreno, de rodeno, y se aprovecharon las pendientes para recoger el «agua de escorrentía», asentándolos en roca junto a caminos.

Ahora, el Ayuntamiento de Algar ha puesto en valor una ruta por estos aljibes con la que se pretende dar a conocer la funcionalidad de estas construcciones, que forman una parte muy importante del paisaje de la localidad, entre montañas y extensiones agrarias. Además, la administración local quiere llamar la atención de turistas y visitantes con este paseo, que destaca por su originalidad.

El recorrido contempla la visita de cinco aljibes, donde algunos de ellos ofrecen la oportunidad de bajar hasta la misma zona de almacenamiento de agua, es decir, visitarlos por dentro. La aventura de cerca de 15 kilómetros, supone un paseo circular de unas tres horas, apto para todos los públicos, en el que se pueden satisfacer todos los sentidos gracias a su verde paisaje, entre las Sierras Calderona y Espadán, el olor a azahar de los campos de naranjos, el sonido de los pájaros y el disfrute de un buen almuerzo junto al área recreativa Els Planets, donde se alza uno de los aljibes.

La ruta tiene su inicio en la avenida Jaume I, en la misma entrada del pueblo, de donde se parte, dirección Segorbe por la antigua N-232 hasta coger una vía de servicio, tocando parte de la vía verde hasta llegar al camino de la Campana, donde de encuentra la primera de las construcciones. Atravesando la huerta de Algar, la ruta se adentra en el aljibe conocido como La Regadora d’Alfara, una de las edificaciones más importantes de las cinco, ya que la historia la sitúa dentro de una villa romana como constatan los restos de cerámica de la época hallados junto a ésta.

Tras unos cinco kilómetros recorridos se realiza el primer alto en el camino, en la zona recreativa de Els Planets, donde se halla la tercera construcción, a la que hay que acceder cruzando el río, circunstancia que no es posible durante algunos días del año dada la suelta del Pantano del Regajo.

Bebederos y cúpula

La ruta prosigue por el Camí de Les Escales, por sendas para el pastoreo de ganado, de ahí que el cuarto aljibe Cova del Sastre, esté acondicionado con bebederos para los animales, que todavía hoy se pueden reconocer.

El aljibe más alejado de la población es L’ Aljub Gran, uno de los mejor conservados, que está presidido por una gran cúpula que deja al visitante con un buen sabor de boca antes de poner fin a este bello recorrido.

Curiosidades

  1. Sin riesgo de pérdida. Un recorrido señalizado. A lo largo de toda la ruta, se han instalado postes de seguimiento con los que se indica la dirección a seguir para llegar hasta los aljibes, con el nombre de cada uno de ellos.
  2. Uso de la guía. Recarga de los acuíferos del municipio. Los aljibes no se utilizan en Algar como antaño, su función ha quedado relegada a recargar los acuíferos.
  3. El río de Palància. Un atractivo y un problema. El trayecto obliga en dos ocasiones a cruzar el cauce, lo que supone uno de los atractivos de la ruta. Sin embargo, el ayuntamiento estudia alternativas para cuando lleve agua, ante la imposibilidad de pasar.
  4. Aljub Gran. Ocho metros cuadrados. L’Aljub Gran es el que mayores dimensiones reúne con más de 8 metros cuadrados de superficie (6 x 2,20 metros) y una gran altura, lo que le permite acumular mayor cantidad de agua que los otros, una circunstancia que está relacionada con la distancia con el municipio, a más de tres kilómetros del núcleo urbano de Algar de Palància.