Odiado y vilipendiado por el PP, tiene luces y sombras, como todo ser humano, pero no cabe duda de que es un político decente y honesto. Tiene en su haber el hecho de ser uno de los principales artífices de la derrota de ETA. Hay sectores mediáticos y políticos que están tratando de borrar de la memoria colectiva este gran mérito. En lugar de destacar y agradecer el servicio que, en un determinado momento, prestó al país, cuando fue ministro del Interior, se le asocia a ese asunto tan extraño y confuso como es el caso del chivatazo a la banda terrorista. Me refiero al caso Faisán que, por sus características, tiene toda la pinta de ser una de esas chapuzas diseñadas para emborronar un gran trabajo por motivos partidistas. Es una lástima que los jueces y fiscales no tengan intención de ir hasta el final para esclarecer totalmente el asunto. De esta forma siempre quedará la sospecha de la responsabilidad de Rubalcaba en esta chapuza que no tiene ni pies ni cabeza. Luis Carlos Rada. Valencia.