Levante-EMV titulaba el pasado 20 de abril que «La Abogacía del Estado ya permitía licencias en el Cabanyal desde 2010», en un extenso y documentado informe que contrastaba con lo que dijo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado sábado, sobre el hecho de que el Ayuntamiento de Rita podría volver a conceder licencias de forma «rigurosa» y «caso a caso».

Estas disquisiciones (no olvidemos que Soraya es abogada del Estado) me suenan a excusa para curarse en salud (de ella y mayormente de Rita y quienes la secundan en este embrollo) ante una eventual denuncia o querella por prevaricación que, en opinión de destacados juristas, y visto lo visto, tendría enormes posibilidades de ser admitida a trámite. Decir ahora que el Ayuntamiento de Valencia podría volver a conceder licencias de obra de forma rigurosa y caso a caso, suena más a burla a los vecinos y electoralismo ante los ciudadanos, que a rigor, seriedad y cumplimiento estricto de la legalidad. O sea, mucho ojo, que la prevaricación está a la vuelta de la esquina. Los vecinos del Cabanyal/Canyamelar/Cap de França, estamos ya más que hartos de tanta inquina. Lorenzo Crespo. Valencia.