Nos encontramos ante una humanidad globalizada basada en el imperio de los Mercados y exponencialmente creciente; vivimos un cambio climático sin precedentes y de consecuencias imprevisibles; padecemos, sin saber cómo remediarlo, ingentes pérdidas de empleo por la imparable robotización y la correspondiente espiral involutiva de un codicioso capitalismo que produce cada vez más y se adquiere menos; pertenecemos a una Europa milenaria envejecida cuya Unión, asentada en mercados convulsos, ha fracasado ante importantes aspectos sociales (conflicto de los Balcanes, Sirio, Constitución, "grexit",...) y donde los ideales de progreso, provenientes de la joven frescura del conocimiento, son raptados por el senil conservadurismo mayoritario aferrado a un débil bienestar que provoca el abandono de una juventud zombi cada vez más pobre; y nos encontramos ante guerras religiosas alimentadas por la miseria de millones de personas que suplican auxilio a una mayoría de viejos aterrorizados por el devenir de la parca. ¿Será la Naturaleza quien regule la actual situación? Lo que parece evidente es que hoy no lo consigue la humanidad. Benedicto Torres. Valencia.