Hace ya dos años que un grupo terrorista denominado Boko Haram secuestró a doscientas chicas de un colegio de la aldea nigeriana de Chibok. Ahora vuelven a ser noticia porque los terroristas han difundido un vídeo donde aparecen algunas de ellas, para reivindicar la liberación de los guerrilleros que están encarcelados.

Vuelven a ser noticia por la difusión de un vídeo, pues de no ser así, nuestro olvido sería ya completo y permanente. Claro está que buscamos un buen pretexto a nuestra indiferencia: los kilómetros que nos separan de Nigeria y que ningún medio tenemos los ciudadanos anónimos para liberar a cautivo alguno. Ya, ¿pero entonces qué pasa con todas esas mujeres que vemos cada día en las calles y carreteras de nuestras ciudades? ¿Cómo es posible que nos hayamos acostumbrado a la presencia de esclavas sexuales a nuestro alrededor? ¿Será porque ningún grupo terrorista las ha secuestrado? ¿O será porque nadie difunde vídeo alguno para que sepamos de sus penalidades y pesares? Quizá convenga recordar y poner en práctica ese dicho de "a Dios rogando, pero con el mazo dando", para hacer por lo menos lo primero si imposibilitados estamos para lo segundo. ¿No creen? Jesús Asensi Vendrell. Algemesí.