El niño americano que ha querido convivir con un niño sirio escribiéndole una carta al presidente Obama ha sensibilizado a medio mundo. Con esta nueva generación, la reina Letizia ha compartido momentos agradables en el inicio del nuevo curso. Baluarte de generosidad y modernidad, el niño, ¿no es un querubín que con su dardo impacta en los mayores como la carta de Alex? Obama le protege enviándole a Superman como si fuera su padre, porque el poder no es para Obama, es para Alex leyéndole su carta. Así deberíamos ser todos, niños en su paraíso. Los premios nobeles como Leclecio, Brodsky, Elfriede Jelinek, Patrick Modiano, deben hacerse eco y salir de las mansiones novelísticas para proteger a los niños, sobre todo de la guerra de Siria. Francisco Benavent Espí. Carcaixent.