El señor Juan Luis Ayas escribía el pasado día 27 en esta sección una carta en la que distaba mucho de ser cierto y objetivo. Decía que el ateísmo es el culpable de la persecución, asesinatos y altercados en España en el siglo pasado. No nos decía a qué época exactamente se refería, pero me imagno que se era a la época de la guerra civil. Pues bien, señor Ayas, si es así, solo decirle que los únicos culpables de esos altercados fueron en primer lugar la burguesía, en el poder económico, y la Iglesia Católica en segundo lugar, que fueron los estamentos que azuzaban a la ciudadanía para acabar con la República. Luego, al final ya se sabe: los militares golistas apoyados por esos dos estamentos dieron el golpe de Estado fraticida contra el Gobierno legalmente constituído. ¿Quiénes fueron realmente los causantes de esos desmanes que usted citaba?

Luego argüía auténticas falsedades contra el ateísmo. Si se supone que estamos en un Estado aconfesional, los ateos no vemos con buenos ojos que se siga permitiendo que una secta o religión, en este caso la católica, siga pretendiendo inmiscuirse en la vida civil de los epañoles. Ya

está bien de tanto privilegio y tanta permisividad. Y por supuesto, de tanta ayuda gubernamental que no se da a otras religiones. Los ateos estamos hartos de esta situación, pero le aseguro que no vamos por la vida rompiendo belenes. Si le sirve para algo, le recordaré que uno de los mayores asesinos que ha tenido este país, y que respondía al nombre de Francisco Franco, fue amparado por esa iglesia que usted defiende, permitieno algo tan increíble como que el susodicho fuera bajo palio (!) ¿Le parece a usted una muestra afortunada de la permisividad de esa igesia con el crimen y el horror?

Lo que queremos es que, como hacen todas las sectas permitidas, la Iglesia Católica se autofinancie, se le acaben los privilegios y que se meta en sus cosas y nunca más en nuestra vida. No creo que eso sea pedir mucho,¿no? Miguel Ángel Lorenzo Gómez. Foios.