El fútbol base se encuentra en decaída. No es por falta de jóvenes dispuestos a practicar el deporte. Aquellas imágenes que veíamos en encuentros de ligas sudamericanas, empezamos a verlas en la base. Delante de niños, sin importar edad de desarrollo que se encuentran. Sin pensar que esos deportistas aún están en un momento en la vida donde es más importante fomentar valores del deporte, desarrollo personal y lúdico.

Los adultos en el deporte son el gran problema de esta sociedad. Momentos que parecen tiernos que cualquier familiar haría por su hijo durante sus días libres se convierten en batallas dialécticas, físicas y psicológicas. Sesenta, setenta, ochenta o cien kilómetros, ¿qué más da? El respeto es la clave incumplida del fútbol. Cuando la batalla se convierte en una guerra de insultos hacia árbitros, contrarios (sin importar la edad), padres e incluso compañeros.

El fútbol español ha dado muchos momentos de gloria pero nos encontramos en el momento de decadencia: agresiones a árbitros tanto por jugadores como aficionados, padres entre sí en niños de fútbol base como agravante que se encuentran los menores delante. Sin dejar de lado aquello que ya es habitual en un campo de fútbol, insultos y amenazas a colegiados como ritual de los domingos. ¿Queremos un fútbol base así?. ¿Queremos que aquellos que lleguen a lo alto del deporte se muevan en este ambiente y estos valores? Lo importante, ¿queremos que termine el fútbol base?Jordi Sanchis Enrique. València.