Es una pena que el conseller Marzà haya decidido en un despacho quitar tres conciertos de ciclos formativos a un centro de Formación Profesional en el barrio de Orriols, donde conviven inmigrantes y nacionales. Recuerda a las decisiones que tomaron los políticos del siglo XIX repartiéndose África con líneas rectas, sin tener en cuenta a las tribus, etnias y culturas€ Decisiones que todavía hoy generan problemas de convivencia. Estoy casi seguro de que el conseller no ha hablado con la gente del barrio de Orriols, que le dirían que los jóvenes necesitan oportunidades visibles para encontrar un empleo€

Si Marzà lo hubiera hecho, su buena voluntad no le habría dejado tomar una decisión privativa de despacho, que priva a personas normales o con pocos recursos de estudiar en un centro de calidad reconocida por empresas, instituciones europeas pero sobre todo, por sus alumnos. Ojalá el conseller Marzà reconsidere sus decisiones de despacho y no defraude a la clase obrera: aliente a los jóvenes, para que puedan elegir su futuro y formarse para trabajar. Rectificar es de sabios. Evitar las decisiones de despacho sin conocer a fondo la realidad de la gente, también. Arturo Torres García. València.