Los gobiernos españoles, desde Felipe González hasta Rajoy, han dado manga permitiendo las trapacerías de los Pujol y el 3 % que denunció Maragall y tantas otras. Su política ha sido de ententes con los partidos bisagra catalanes: «Tú me ayudas y me das tus votos, y yo cierro los ojos». Así y todo, cerrar los ojos no exime de cumplir la ley. Los delitos se comenten por acción o por omisión, por lo que los gobiernos de España también son culpables y deben asumir sus responsabilidades.

Los gobiernos de España no han sabido gestionar el gran problema que hoy explota en un intento de la Generalitat en centrar la atención del pueblo catalán en independencias y, de ese modo, distraer su atención y no dejarles ver los verdaderos problemas catalanes debidos a la nefasta gestión de sus dineros por sus gobernantes. En su momento, nadie quiso solucionar el problema y enfrentarse a los independentistas y perder los votos del partido bisagra catalán en el Parlamento. Esas cobardías nos siguen condenando. Zapatero les permitió cambiar su Estatut y Rajoy no entra en «dimes y diretes» y, por si fuera poco, les va soltado dinero para comprar su lealtad a España.

A nadie se le puede retener eternamente en contra de su voluntad, por lo que creo que se tendría que dejar votar sobre su independencia al pueblo catalán, solo, a ellos y no al resto de España. Al igual que ante un divorcio no se le pide opinión al cónyuge que no quiere divorciarse. Si uno de los dos quiere el divorcio se otorga y chimpún. Otra cosa es que se negocie el porcentaje necesario para conceder la independencia. ¿Sería suficiente el voto afirmativo del 51 % de los catalanes?, ¿sería justo el 60 %?, ¿el 70 %? ¿Cuál sería justo?

Y si se llegara al acuerdo, ¿qué se haría con el resto que quiere seguir siendo español? ¿Se les esclavizaría a un nuevo país al que ellos no consideran como suyo? ¿Se les requisaría el pasaporte español ¿Se les extraditaría tras expropiarles la nueva nación todos sus bienes? ¿Se les daría la oportunidad de emigrar a España? Y para ello, ¿se les pagaría en dinero el patrimonio que poseen en Cataluña para que puedan empezar una nueva vida en el país del que sienten parte, España?

Son muchas preguntas a las que no se cómo responder y me dejan caviloso. A los gobernantes se les pide, como mínimo, honradez y la valentía. ¿Existen? Víctor Mengual Arrufat. València.