Que a una infanta de España la hagan sentarse en el banquillo de la sala judicial, es democracia. Que se monte un circo mediático porque el presidente del Gobierno acuda como testigo a un juicio, es democracia. Que el expresidente de la Comunidad de Madrid esté en prisión, es democracia. Pero que unos golpistas sediciosos e independentistas, que se han gastado millones en actos de falsas democracias, como su ilegal referéndum, los que han provocado el empobrecimiento de Cataluña con la huida de empresas, esos que han dividido a los ciudadanos de Cataluña con farsantes promesas imposibles de cumplir, en una división profunda de odio y salvajismo... que esos sediciosos del Govern y el Parlament catalanes que se ha demostrado han sustraído el tres por ciento del dinero público durante años, que vayan por justicia y equidad aplicables a sus personas a la cárcel, es propio, según algunos de la izquierda más rancia y radical,una dictadura. Vaya cara más dura que tienen al decir eso. Francisco Javier Sotés Gil. València.