¿No poder tomar una horchata a las 23 horas de la noche en las terrazas de Santa Clara? ¿Soportar un ruido de más de 65 decibelios en casa entre 8 y 12 horas de la noche todos los jueves, viernes, sábados y festivos? ¿Perder un atractivo de ciudad y un espacio de encuentro social al aire libre propio de la cultura mediterránea? ¿Tener que cruzar entre decenas de personas para poder acceder a tu portal por la noche tres días a la semana? ¿Hay forma de conciliar la postura de los vecinos con la permanencia de Las Tascas?...

Son muchos los argumentos y preguntas confrontadas que suscita la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) que anunció el pasado martes el Ayuntamiento de Castelló, que ha recibido las críticas de la oposición y de Castelló Sense Soroll por "no asumir su responsabilidad y culpar de la decisión a los vecinos" agitando de forma "interesada" la confrontación entre vecinos, hosteleros y usuarios.

La declaración ZAS implicará el cierre de las ventanas de venta al público para consumo en la calle a las 23 horas, la retirada de las mesas de las terrazas de la plaza Santa Clara en ese mismo horario, la suspensión de nuevas licencias, el cierre completo de los locales a las 24 horas (a las 23 en el caso del consumo en la calle), el inicio de la limpieza de calles a las 24 horas, una campaña de concienciación ciudadana para respetar el descanso de los vecinos y la instalación de toldos fono-absorbentes.

El motivo de la decisión es que las mediciones de ruido han rebasado el límite de 65 decibelios establecido por la legislación y que no han sido efectivas las medidas contra el ruido del Plan de Acción Zonal (PAZ) de Las Tascas que aprobó en 2009 el ayuntamiento.

Respecto al plan PAZ, el cambio de la ZAS radica en el adelanto del horario de interrupción del consumo en la calle de 23.30 a 23 horas (el año anterior ya se recortó a 1.30 a 23.30) y la aplicación de esta restricción a las mesas de las terrazas de Santa Clara, además de la instalación de toldos fono-absorbentes. Mientras tanto, Castelló Sense Soroll sigue abogando por la prohibición total de consumir al aire libre en las dos calles de Las Tascas.

En un contexto marcado por la confrontación de argumentos entre los propietarios de Las Tascas y el ayuntamiento -por un lado- y los vecinos de la Asociación Castelló Sense Soroll -por el otro-, los ciudadanos y usuarios de la calle también expresaron ayer su punto de vista. Tras una entrevista aleatoria a siete usuarios de diferentes edades y espectros sociales que paseaban o almorzaban en el entorno de la plaza Santa Clara, una amplia mayoría considera excesivas las restricciones que supondrá la declaración ZAS. Sólo uno de los encuestados eludió pronunciarse al considerar que es "una cuestión complicada".

Críticas al edil responsable

El portavoz adjunto del grupo municipal socialista, Mario Edo, criticó la "irresponsabilidad" del concejal de Sostenibilidad, Gonzalo Romero, "por mentir a la ciudadanía para eludir su incompetencia en el control de la contaminación acústica. Ha puesto en peligro la continuidad de las tascas por no aplicar las medidas de control a las que está obligado por ley y no es verdad que ninguna sentencia le obligue a declarar la ZAS". Por su parte, el portavoz del Bloc, Enric Nomdedéu, se posicionó ayer en favor de mantener Las Tascas como una excepción y dentro de la ley. "La zona de Tascas puede generar unas molestias a los vecinos, pero tenemos claro que no se puede erradicar una manera de divertirnos en la calle que nos hace diferentes y que, además, pretendemos exportar como un atractivo turístico". Dicho esto, calificó de "inmoral" la rueda de prensa de Romero, "que intentó confrontar a la gente que acude a Las Tascas y la que defiende su derecho al descanso. La culpa es de Romero, que ha sido incapaz de hacer cumplir las condiciones".