En una agitación continua y en un molesto vaivén emocional vive el Castellón desde el arranque de la temporada. Subido a un columpio, en lo alto tras las victorias -casi siempre agónicas, casi siempre envueltas en urgencia- y en lo bajo del péndulo tras las derrotas, como hoy, con la obligación y la necesidad de vencer al Benidorm en Castalia, a partir de las 17.00 horas, para que no haya excusa que sirva de coartada para apostar por otro camino que no sea el de la continuidad, y para autoinvitarse al baile de los mayores, en la zona alta de la clasificación de un campeonato que todavía espera a los rezagados, apurando la hora en la que decantarse.

Para ello, el cuadro de Jordi Vinyals debe convertir las impresiones en argumentos tangibles. El Castellón, al menos en las citas ligueras en su estadio, ha rendido en cada examen un punto por encima del anterior. Al descalabro total ante el Orihuela le siguió la remontada inverosímil del Alcoyano. Desde entonces, aprendió a ganar. A ultimísima hora y aferrado a la casta, frente al Santboià, y custodiando con cintura la ventaja lograda en un prometedor arranque, con el Badalona.

Poco a poco, en definitiva y sin extraviar la sensación de progresión, el equipo ha ido modelándose. En la defensa, porque no hay más, continuidad. En los costados, porque no hay desborde, capacidad para la asociación interior, en los apoyos extras de Lolo y Béjar. Y en el medio, Héctor Simón se ha convertido en foco indiscutible.

Con los retoques, el colectivo ha conseguido una circulación más fluida, lo que ha avivado el juego ofensivo. A la espera de la corrección de la lacra defensiva -goles en contra en cada uno de los partidos- la calidad de los hombres de arriba, con el mazo de Luismi Loro -cinco tantos en ocho jornadas?- se antoja el principal argumento para creer en la victoria.

Un rival peliagudo

En todo caso, no lo tendrá fácil un Castellón que todavía se debate entre dos esquemas. La duda gira en torno a Pere Martí. Si el de Moncofa se recupera de un golpe en la rodilla, Vinyals mantendrá el 4-3-3 de Mahón, con Loro de falso ariete. Si Martí no llega a tiempo, el entrenador recuperará la figura del delantero centro, con más posibilidades para Mamady que para Pau, con Tahirovic aún poniéndose a punto. El otro tocado, Raúl Muñoz, está a disposición del técnico, y será titular.

El Benidorm, por su parte, se presenta en Castalia cuarto, con cuatro puntos más que los locales y con un buen balance a domicilio: dos victorias, un empate y una derrota. Su entrenador, Granero, cuenta con las bajas de Doménech, Ocaña y Víctor Albalat (formado en la cantera orellut). Así, se espera que repita el once que doblegó, la pasada jornada, por tres goles a uno al Ontinyent.