En Els Ports, el Maestrat, l'Alcalatén y el Alto Palancia el final del verano y el inicio del otoño tiene un denominador común: la seta, y si se quiere simplificar todavía más, el robellón. Son muchos los que cuando llega la segunda quincena de agosto miran al cielo para ver por dónde van cayendo las tormentas. La lluvia es un factor indispensable para que pasadas unas tres semanas las setas aparezcan en la base de los pinos, junto a los erizos y en los lugares en los que crece cada especie.

Las previsiones no pueden ser más buenas, y si todo continúa como está yendo hasta ahora, el pronóstico para este temporada apunta a una buena campaña . Ahora solo falta esperar a que los próximos días, con la llegada del otoño, caigan lluvias que hagan que las tierras castellonenses empiecen a producir tan codiciados hongos. Por el momento, la primavera y lo que llevamos de verano ha sido lluvioso en las comarcas del interior, por lo que los aficionados al mundo de la micología solo esperan que durante el otoño se registren precipitaciones y el frío no estropee una temporada que promete ser de las mejores de los últimos años.

Según el concejal de Medioambiente de Segorbe y gran aficionado a la micología, Vicente Hervás, "si todo continúa como hasta ahora, este año podremos coger bastantes setas, no solo el robellón, que es lo más conocido entre la gente de la zona, sino también distintas variedades como la seta de chopo u otras muchas que por nuestra comarca resulta relativamente fácil encontrar, como son toda la familia de los boletus o las amanitas".

Y es que, durante los últimos años, las zonas altas de la comarca del Alto Palancia como son los pinares de Barracas, El Toro o Pina de Montalgrao, en la zona limítrofe con la provincia de Teruel, se convierten en un auténtico hervidero de aficionados a la búsqueda de hongos que se desplazan hasta la comarca palantina para buscar distintas especies en las que el rebollón se convierte en la estrella de las setas.

Regulación

En los años 40 y 50 los grandes propietarios de terreno forestal organizaban camiones con vecinos de pueblos de Teruel para ir a buscar setas al monte y luego vender los robellones en los grandes mercados de las ciudades. Este fenómeno se repite en nuestros días aunque los protagonistas de las cuadrillas son ciudadanos extranjeros. En las pasadas campañas, colectivos de rumanos han peinado los bosques para coger kilos y kilos. Incluso han llegado a alquilar viviendas durante septiembre y octubre con el objetivo de dedicarse plenamente a la recolección de setas.

La invasión de los bosques es un aspecto que preocupa a los alcaldes y concejales de los pueblos del interior. Hasta la fecha no hay una política unificada en la gestión de los bosques y la aplicación de las normas brilla por su ausencia. La normativa de la Generalitat Valenciana de 1996 dictamina un máximo de seis kilos por persona y día para que la recolección no se considere un aprovechamiento industrial. Hasta la fecha no se conocen sanciones a quien recoleta más de seis kilos en monte común o en monte privado.

El Seprona y la guardería forestal no disponen de medios suficientes para controlar la gran superficie de bosque en la que se buscan setas. En localidades como Vistabella se llegó a establece una normativa municipal, que incluía el pago de una cuota para buscar setas. Fue una isla en el interior. Vistabella siguió el ejemplo de la localidad turolense de Mosqueruela donde está claramente delimitado lo que se debe pagar por persona y día.

La Generalitat, en la Tinença de Benifassà y el Penyagolosa, estableció una regulación específica para que los propietarios forestales pudiesen realizar un aprovechamiento micológico de sus terrenos. En estos casos los propietarios tienen derecho a sacar el beneficio correspondiente de sus bosques y prohibir el paso a los buscadores que invadan una propiedad privada. Este hecho todavía no es entendido por muchos de los buscadores, quienes consideran los bosques como un terreno común. En numerosas propiedades de la Tinença de Benifassà ya pueden leerse carteles en los que se indica que se trata de una propiedad privada.