¿Cuál es la impresión inicial que le ha dejado su presencia en la delegación internacional que investiga la caza ilegal con "parany" en Castelló?

Lo primero es decir que nosotros no pretendemos venir aquí con arrogancia para decir a la gente local lo que está bien o mal, y que hemos podido investigar sólo cuatro días en el terreno. Pero, dicho esto, debo decir que yo he trabajado muchos años y vivo en Malta, que está considerado el agujero negro de Europa para las aves por la gran cantidad de caza ilegal. Pues bien, puedo afirmar que Castelló puede competir perfectamente con Malta para recibir esta consideración. Un simple paseo nos ha permitido ver un "parany" ilegal tras otro.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?

En Malta o en Italia, por ejemplo, tenemos que ir a la montaña a buscar trampas escondidas, y es difícil, porque los cazadores furtivos las esconden bien. Aquí, no tienes ningún problema en encontrarlas porque son obvias y están visibles a plena luz del día junto a la carretera, en los campos de naranjos, en recintos de fábricas o en los jardines de viviendas. Todo el mundo las puede ver y parece que no pase nada.

¿Los "paranyers" y la propia Generalitat Valenciana alegan que este tipo de caza sí puede ser selectiva con otro tipo de pegamentos?

La Comisión Europea ya lo ha determinado de forma definitiva y ha dicho claramente que es un sistema no selectivo y que es ilegal. No lo ha dicho sólo la comisión, sino que lo ha dicho basándose en estudios y opiniones científicas. Y es un debate que ya se llevó a cabo y que ya tiene un resultado. El "parany" no es selectivo y no hay ningún punto de discusión al respecto. Y la Comisión Europea no va a permitir que se legalice.

¿Cuál es el impacto que tiene la práctica del "parany" en Castelló sobre aves que forman también parte del patrimonio ecológico europeo o mundial?

La gente y los políticos valencianos, y las autoridades locales de Castelló, tienen que entender que el impacto sobre las poblaciones de aves no puede mirarse de forma aislada. Cualquier cosa que suceda en Castelló a un número determinado de aves va a tener un efecto por ejemplo en País de Gales o en Alemania, porque esas aves también pasan por allí y cumplen una función en el ecosistema.

¿Cree que la caza de 2 millones de aves al año en Castelló tiene un gran impacto mundial?

Todos los que cazan ilegalmente en todos los países dicen es que es una cifra insignificante si se compara con la población mundial de aves. Pero lo cierto es que eso lo dicen en Castelló, en Catalunya, en Francia, en Italia, Malta, Grecia... Y la suma de todos es preocupante. Todos juntos están creando un muro mortal para las aves en el Mediterráneo.

¿Cuál es la actitud de las autoridades de la conselleria y del Seprona respecto al "parany"?

Es obvio que una caza ilegal que se practica tan abiertamente no está perseguida por las autoridades. Creo que se debe trabajar con el uso de la ley y el control, y especialmente con la educación, que es la más efectiva. El "parany" es una actividad social, por lo que hay que buscar alternativas que no impliquen caza ilegal, pero que mantengan una actividad social vinculada al mundo de las aves, al igual que sucede con determinados concursos de canto, por poner un ejemplo.

¿Y qué alternativas hay?

Nosotros no podemos venir aquí y decir cuál es la solución. Eso es algo que le corresponde a los propios cazadores, dialogando con las autoridades y los grupos ecologistas locales. Seguro que hay soluciones. Lo que es evidente es que las autoridades pueden hacer mucho más de lo que están haciendo. A los agentes ambientales no se les da recursos, es una cuestión política.