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El proyecto de presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2012 ha recortado 4 de los 74,6 millones de financiación corriente que debía transferir a la Universitat Jaume I, según datos reflejados en el presupuesto del Consell y ratificados por fuentes próximas al Vicerrectorado de Economía de la universidad castellonense.

Este inesperado "ajuste" ha desatado la alarma en la universidad de la capital de la Plana y motivó que el rector, Vicent Climent, se reuniera ayer mismo de urgencia con sus homólogos del resto de universidades públicas valencianas (Universitat Politécnica, Universitat de València, Universitat d'Alacant y Universitat d'Elx).

Todos ellos han detectado un imprevisto descenso en su presupuesto corriente y pedirán explicaciones a la Conselleria de Educación. Contemplando el mejor de los casos, los rectores quieren creer que se trata de un error y solicitarán una rectificación en el presupuesto definitivo.

En el menos optimista de los escenarios, la UJI y el resto de universidades valencianas se enfrentarán a un nuevo recorte que rompería por enésima vez las promesas de la Generalitat.

En el caso de la Jaume I, la Conselleria de Educación sólo ha presupuestado 70,6 millones de euros de subvención corriente a pesar de que el compromiso era congelar el presupuesto en 74,6 millones, una medida que la Jaume I había aceptado como mal menor en el momento actual de crisis y a cambio de garantizar un plan plurianual de financiación.

Esta diferencia de 4 millones de euros se antoja especialmente crítica después de que el Consell dejara en papel mojado el acuerdo de financiación plurianual y anunciara en septiembre el aplazamiento de pago de 13,6 millones de euros de 2011 y 2012, además de retrasar cuatro meses el abono de otra mensualidad de 6 millones de euros.

Esta circunstancia ha forzado al equipo rectoral de la UJI a renunciar este mandato a 8 millones de euros previstos para obras como la sede universitaria del antiguo edificio de Hacienda, la Casa del Estudiante, la Casa Forestal de Vistabella y la urbanización de la tercera fase del Parque Científico y Tecnológico (Espaitec).

El sacrificio inversor persigue priorizar como necesidad ineludible el nuevo edificio de la Facultad de Ciencias de la Salud, una obra que sigue en la incertidumbre después del aplazamiento de pagos del Consell y que aún depende de una negociación en busca de fórmulas alternativas de financiación. Además, el equipo rectoral de la UJI se ha visto obligado a recurrir a todo un ejercicio de ingeniería contable para readaptar sus planes de saneamiento y de inversión a los cambios económicos del Consell.

En caso de consumarse, este último recorte volvería a poner en jaque a la universidad castellonense, que además está configurando el presupuesto sin saber cuáles serán los posibles "ajustes" que, según ha dejado entrever el Consell, se aplicarán al presupuesto de las universidades públicas a partir del segundo trimestre de 2012.