La lluvia respetó ayer a los vecinos de la playa de Almassora, donde el mar saltó el muro en algunos tramos pero no provocó inundaciones en las viviendas de primera fila. Donde sí sufrieron los efectos del temporal fue en el colegio Errando Vilar, que ayer amaneció embalsado tras una noche de intensa lluvia. El patio quedó impracticable y las goteras surgieron de nuevo, como ya predijo el equipo directivo a la vista del estado del centro. El director, Jorge Grifo, mostró ayer, una vez más, su indignación por los "tres cursos ya" que el colegio arrastra deficiencias en sus instalaciones. "La conselleria no responde, si bien es cierto que la arquitecta de Ciegsa ha pasado dos veces por el centro y ha dicho que vendrá pronto a solucionar los desperfectos", señala, y recuerda que "a día de hoy, dos meses después del inicio del curso, aún no se ha visto a ningún obrero por el colegio".

Desde el centro pedían cambiar la arena del patio por hormigón para evitar los embozos de los desagües en episodios de fuertes lluvias.