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El número de familias castellonenses que acuden a Cáritas-Diocesana en busca de ayuda económica de urgencia y bienes de primera necesidad se ha duplicado desde el año 2008 y sigue en aumento.

Así lo confirmó ayer la entidad diocesana, que este año espera atender a 17.000 personas y más de 2.500 familias sin distinción alguna por procedencia, religión o condición social de los beneficiarios. De hecho, Cáritas está dando especial prioridad a los colectivos más vulnerables.

El director de Cáritas en la Diócesis Segorbe-Castelló, Juan Manuel Aragonés, anunció ayer que estas preocupantes cifras han motivado la convocatoria de una cuarta fase de la campaña extraordinaria contra la crisis económica, bajo el título "Ante la crisis, ayudémonos".

La campaña de recogida de fondos comenzará este mismo domingo y estará abierta durante todo el año para donativos particulares. No obstante, en las parroquias se mantendrá activa únicamente hasta el término de la festividad de Reyes.

Durante los últimos tres años, Cáritas ha recaudado en tres fases 601.000 euros, de los cuales 575.700 ya han sido distribuidos en ayudas de alimentación básica, el pago de alquileres para evitar desahucios, recibos para abortar cortes de luz y agua, abono de deudas con la administración que impedían acceder a prestaciones sociales, material escolar, medicamentos, retorno al país de origen, etc. Estas acciones se han complementado con el apoyo que ya estaban facilitando más de una treintena de parroquias en la provincia y otros acompañamientos complementarios que ofrece la sede central diocesana, tales como asesoramiento jurídico, formación profesional o atención sociopsicológica.

El trabajo de Cáritas no cesa de crecer y, de hecho, la caja de la entidad diocesana se ha visto reducida hasta los 25.000 euros, una cantidad que la organización estima "insuficiente para seguir apoyando las necesidades cada vez más graves y de más complicada resolución que sufren las personas como consecuencia de un desempleo que reduce drásticamente el ingreso de recursos económicos suficientes en numerosos hogares, y la escasa o nula protección social a la que pueden acceder".

Además, la entidad cristiana cuestiona la labor de las administraciones públicas y advierte que están respaldando de forma insuficiente a los más necesitados. "A la situación de crisis hay que añadir la insuficiencia de los servicios sociales públicos para ofrecer ayudas básicas de emergencia y/o para el trámite y resolución de la Renta Mínima Garantizada de Ciudadanía. En este contexto Cáritas se encuentra en la tesitura de tener que soportar el peso de la crisis, porque la protección social que reciben los ciudadanos es en muchas ocasiones sólo una teoría escrita".