Los vecinos del área del casco antiguo de Benicarló han iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir al consistorio la anulación de los pilones neumáticos que controlan el acceso rodado al centro después de los numerosos percances que han provocado.

Desde su puesta en marcha, en diciembre de 2008, más de 20 vehículos, la mayoría de vecinos de las calles del casco antiguo de la población, han sufrido daños de diversa consideración y cuantía, por el "mal funcionamiento", según los vecinos, de los pilones que controlan el acceso a la zona peatonal más céntrica de la población. La última víctima en caer en la "trampa" como se ha descrito el sistema por los afectados, tendrá que hacer frente a una reparación de alto coste monetario, aunque lo que más le preocupa es su recuperación física. "Debido al gran golpe, que me provocó desorientación, sangrado nasal y dolor cervical, sufro desde entonces mareos y molestias cervicales; incluso se me clavó la montura las gafas en la cara por el fuerte impacto", declaraba R.B.

Ella ha sido la impulsora de la recogida de firmas entre vecinos y afectados para solicitar al consistorio, "como propietario único y responsable de los dispositivos de acceso a las zonas peatonales", indica el escrito, que se plantee "muy seriamente la precisión de dichos mecanismos y que a la vez valore si estos incidentes (É) no deberían ser suficientes para que ustedes busquen soluciones y resolvieran esta situación".

Tres golpes en una semana

Y es que en tan solo una semana, hasta tres vehículos han sufrido desperfectos cuando, al salir o entrar de la zona peatonal, el pilón ha subido de manera fortuita. Todos los vehículos eran de vecinos que acceden a la zona acotada por tres pilones a través de tarjetas magnéticas que autorizan el paso, "y en los tres puntos de acceso y salida han pillado a coches", apuntaba otra afectada, Marian Lluch. Ella recibió el golpe del pilón automático hace dos años, "y la reparación me costó 2.900 euros, aunque lo peor es que te digan que es culpa tuya, que no has hecho el stop de salida correctamente", versión que daba la pasada semana el concejal de Gobernación, Marcos Marzal, ante el aluvión de quejas por el funcionamiento de los pilones.

Y es que los vecinos se quejan que los pilones están bajados durante unas horas de carga y descarga, que finalizan a las 10,30 por la mañana y a las 17,30 por la tarde, "y a la hora suben automáticamente sin que el sistema detecte que pasa un coche", como es el caso de Lluch y de muchos otros afectados, como el caso de otra vecina que salió de la zona peatonal de la calle Mayor, "hizo el stop correspondiente porque tenían preferencia los coches de la calle Olivella, y entonces el pilón subió de manera automática y le destrozó el vehículo", contaba Marian.

El tercer pilón instalado, en la calle Sant Joan, también ha provocado daños en diversos vehículos. "El sistema está funcionando mal, porque muchas veces observamos que se queda enganchado, y el pilón sube cuando están los coches encima", apuntaban.

Los afectados consultados por este medio han confirmado que los vecinos siguen las pautas marcadas para acceder y salir de la zona, respetando las señales de stop. Como apunta el escrito, que se presentará en el ayuntamiento junto con las firmas de vecinos y afectados, "la seguridad de los ciudadanos debería estar por encima de todo".