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El entorno del Castellón se ha convertido, en las últimas semanas, en un ejemplo de bipolaridad. Con la misma facilidad con la que se ha llegado a hablar del último partido de la historia del club, se ha pasado a empezar a preguntar, de nuevo, por las posibilidades de play-off. Los mismos jugadores que hace unas semanas estaban desahuciados y quizás no iban a ser capaces ni de salvar la categoría, ahora se han convertido en los salvadores de la honra del escudo y de la camiseta.

Es lo que define a este equipo que durante la semana vive sumido en el esperpento que protagoniza Fernando Miralles. Los impagos del empresario de Figueroles, actor principal de la farsa, se acumulan y sus promesas siempre terminan por difuminarse. Pero, eso se olvida los fines de semana cuando los jugadores de la primera plantilla acometen una batalla en forma de partido de fútbol que, en los últimas dos jornadas, ha terminado por convertirse en una pequeña fiesta, por eso de conseguir la victoria.

Hoy, de nuevo, toca afrontar una batalla. Y hoy, de nuevo, la plantilla del Castellón está obligada a hacer limpieza mental para olvidar las promesas incumplidas del máximo responsable del club y para abstraerse de los problemas cotidianos que deben afrontar. Con eso, intentarán sumar su tercer triunfo consecutiva a partir de las 12.00 ante el Juventud Barrio del Cristo. Contra Mislata y Acero, los chicos que dirige Pedro Fernández Cuesta demostraron ser capaces de competir con quién sea, a pesar de todo, y hoy quieren seguir la misma rutina para repetir el mismo resultado positivo.

Además, los de Aldaia son el rival perfecto para sumar tres nuevos puntos. Ya se marcharon de Castalia con un 4-1 en contra y se encuentran penúltimos con sólo 13 puntos en 27 partidos.

Así, a la espera de lo que ocurra la próxima semana con el pago de las nóminas y con la convocatoria de huelga para saber si se juega contra La Llosa, el Castellón saldrá con la obligación de ganar.

Con la duda del capitán

Muy superiores a los valencianos, incluso con la situación actual del club, los orelluts viajan a El Perdiguer con la duda de Aarón. El capitán, con problemas en la espalda, verá antes del partido si está en condiciones para jugar. Todo apunta a que no estará en el once, pero Fernández Cuesta se lo lleva a Aldaia por si el físico le da una tregua y le permite jugar. Si se confirma su baja para el partido, se uniría a la de Marc Cosme, que sigue con la recuperación de su lesión en el brazo.

La posible ausencia de Aarón obligaría a trastocar el once inicial. Es más que posible que Guille Vázquez adelante su posición para acompañar a Álex Felip en el mediocentro. Detrás, en el puesto de central que queda vacante, la duda está entre Blyndu y Héctor Peña. Pero, por el rendimiento mostrado desde que empezó a jugar, el ruso tiene más opciones para jugar. Junto a él estará Marc Trilles y los laterales serán Santos y Roberto Jiménez.

Delante, en los puestos de interiores, no sería aventurado asegurar que Fernández Cuesta dará continuidad a los que han jugado en las últimas semanas. De esta forma, Marenyà estaría en la izquierda y Juste en la derecha. Luego, de enganche en la mediapunta, repetiría el gallego Stefan Rodríguez y delante, como delantero centro, Hugo García. Pero, si Aarón pudiese jugar, el once sería el del partido contra el Acero. La única novedad podría ser el regreso de Blyndu por Guille.

Estos, pues, serán los hombres que pelearán por la tercera victoria consecutiva. Si la logran, dentro del vaivén continuo en el que se ha instalado el albinegrismo, por unas horas se hablará de que todavía aspiran a todo. Después, ya vendrá el lunes para preocuparse de otra clase de asuntos mucho más prosaicos.