Los buitres, alimoches y resto de aves necrófagas que viven en el entorno de la Tinença de Benifassà, els Ports y el Maestrat necesitan cada año alrededor de 1.200 toneladas de alimentos. Así se desprende de las estimaciones que ha realizado la Generalitat Valenciana.

Las autoridades medioambientales indican que los aportes de comida que se realizan permiten satisfacer el 40% de las necesidades alimenticias de los buitres, de modo que el resto lo deben obtener estos animales comiendo los cadáveres de animales salvajes o bien comiendo ganado que muere en el monte.

Ante la insuficiencia de los aportes de comida la Generalitat ha establecido que en los comederos situados en al comarca de Els Ports se puedan realizar aportes alimentarios de ganado vacuno y ovino. Hasta la fecha la mayoría de los aportes alimenticios consistían en ganado porcino.

La adopción de medidas alimentarias en este territorio se hace necesaria ya que, si bien entre la Tinença, Els Ports y el Maestrat se concentra la mitad de la población de estos animales en Castelló, los índices de reproducción no acaban de ser satisfactorios. De hecho el éxito reproductor es del 60%, porcentaje que los especialistas califican como bajo.

Las zonas del interior Norte de la provincia están declaradas como Zona Especial de Protección de Aves. A ello se suma la declaración reciente del Consell como zonas especiales de protección para la alimentación de aves necrófagas. De este modo se pretenden intensificar y mejorar los programas de alimentación de buitres y alimoches.

Para mejorar los índices de reproducción los técnicos han determinado que una mayor variedad en el tipo de alimentación de los buitres y alimoches puede contribuir. La presencia del porcino como casi "único" menú para las aves carroñeras puede ser un condicionante que ahora se quiere corregir. Los buitres y alimoches podrán alimentarse con restos ganaderos que no vayan destinados al consumo humano.

Buitres al acecho

Durante la pasada campaña de reproducción de ganado continuaron los ataques de buitres a ganado que estaba pariendo. Así lo corroboran los veterinarios de las agrupaciones de defensa sanitaria. De hecho, en el ataque de perros asilvestrados que se produjo la pasada semana en Morella, el ganadero comentaba que "no nos dio tiempo a retirar los cadáveres de las ovejas, enseguida llegaron los buitres y se las comieron".