"Yo ya he luchado mucho en la vida, ahora a esperar a que me encuentren muerta". Así recibe María, una mujer afectada de esclerosis múltiple, la mala noticia de que a partir de enero de 2013 perderá el servicio de teleasistencia que presta Cruz Roja con fondos de las diferentes administraciones. Ella es una de las 3.300 personas mayores, enfermas o dependientes de Castelló que dejarán de contar con este servicio a domicilio a partir del próximo 1 de enero como consecuencia de la política de recortes que está acometiendo tanto el Gobierno central como el Consell.

La medida afectará a personas de toda la provincia, desde Morella hasta Almenara, salvo que la Diputación de Castelló haga un esfuerzo económico e incluya una partida presupuestaria a última hora para salvar el convenio económico que financia este servicio y que lleva a cabo la Cruz Roja desde el año 1998. "Si el Gobierno no se hace cargo del programa lo hará la diputación.

No va a pasar nada, seguirán contando con el servicio de teleasistencia", asegura un portavoz autorizado de la corporación provincial. Lo que no aclaran las citadas fuentes es si el Consell -por orden del Ministerio de Sanidad- piensa cobrar a los mayores un canon de hasta 10 euros por esta prestación, como ya ocurre en otras comunidades autónomas.

El servicio de teleasistencia, que ha salvado centenares de vidas desde que fue implantado a finales de los 90, es una de las grandes apuestas de Cruz Roja. Arantxa Monsonís, jefa de Personas Mayores de esta ONG, recibió con pesimismo la noticia. "Nos han dicho que el dinero se acaba y que van a prescindir de la teleasistencia a nivel nacional. Así que si la administración no lo hace tendremos que decírselo nosotros a todas estas personas", alega.

Llamador colgante

De confirmarse esta medida, los trabajadores sociales y técnicos de Cruz Roja pasarán a finales de año por los domicilios para retirar el llamador colgante que habitualmente utilizan los dependientes y ancianos para ponerse en contacto con la central en el caso de sufrir un accidente o un empeoramiento de su enfermedad.

A fecha de hoy, y pese a que falta poco más de un mes para que la ley entre en vigor, pocos son los mayores que saben que su servicio de teleasistencia va a ser suprimido. "Se lo vamos diciendo a medida que nos van preguntando. Algunos lo han oído en la prensa y a otros se lo han contado pero lo cierto es que tenemos que decirles la verdad y te quedas con muy mal cuerpo", añade Arantxa Monsonís. Muchos de ellos son enfermos dependientes o personas que viven solas pero que ven en este sencillo aparato una forma de sentirse tranquilos, ya que de caer enfermos de forma repentina o sufrir una caída serán atendidos en poco tiempo por los voluntarios de Cruz Roja. Al menos 30 millones de euros de la Federación de Municipios y Provincias -2 tercios del programa- que hasta ahora iban destinados a la teleasistencia pueden perderse por los recortes y todo quedará pendiente de que los diferentes ayuntamientos o incluso la diputación de Castelló decida continuar financiándolo.

"Por nuestra parte lo único que podemos decir es que continuaremos ayudando a estas personas con o sin teleasistencia; ellos nos necesitan y ahí estaremos", asegura la responsable del programa de Cruz Roja.

Actualmente, según explican fuentes del sector de la dependencia y del sindicato CC.OO, "casi ningún dependiente paga por la teleasistencia", cuyo coste varía mucho en función del tipo de servicio que se preste. Gracias a los convenios con diputación, ayuntamientos y conselleria el servicio es hasta hoy gratuito para la totalidad de los dependientes. Pero esto también va a cambiar.