El consejo de administración de Reciplasa dejó ayer encima de la mesa la propuesta de incrementar el canon que abonan los municipios propietarios de la planta de residuos de Onda. Los socios acordaron que los técnicos ajusten los costes para que el canon aumente lo menos posible.

La previsión era una subida del IPC más un diferencial del 3 %. Sin embargo, los consejeros de Reciplasa no ratificaron estas cifras para intentar rebajarlas. El objetivo es no lastrar más las arcas de los ayuntamientos asociados y no tener que repercutir el aumento del canon en el recibo de la basura que pagan los ciudadanos.

Por otra parte, siguen sin arrancar las obras de las instalaciones para convertir el rechazo (la parte de los residuos que no se puede reciclar) en Combustible Derivado de Residuos (CDR). Y ello a pesar de que hace un año se puso la primera piedra en un acto presidido por el jefe del Consell, Alberto Fabra.

El motivo es que el proyecto ha tenido que modificarse para adaptarlo a la nueva normativa y a las exigencias de la cementera que acaparará la mayor parte de la producción de combustible. La previsión es que las obras empiecen a final de año, con un plazo de ejecución de ocho meses.

La obra supondrá una inversión de 9,1 millones y permitirá tratar 100.000 toneladas anuales, reduciendo el rechazo generado a un porcentaje inferior al 44 % recomendado en la actualidad. Según se publicitó hace un año, esta iniciativa permitirá reducir emisiones de 140.000 toneladas de CO2, evitar el uso de 100.000 metros cúbicos anuales de vertedero y generar un combustible alternativo equiparable a 50.000 toneladas anuales de carbón.