Más de tres mil castellonenses se presentaron ayer al examen con el que optarán a una de las 200 plazas de celador que oferta la Generalitat Valenciana. Desde primera hora de la mañana, los aspirantes se concentraron en las inmediaciones del campus de la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló donde se celebraron las pruebas. Se trata de unas de las convocatorias con más demanda ya que para presentarse no hace falta tener estudios superiores.

No obstante, a pesar del caos y colapso anunciado, finalmente no cundió el pánico. Los aspirantes pudieron acceder a la zona de examen sin ningún tipo de obstáculo. De hecho, el dispositivo y los preparativos quedaron grandes para la ocasión: solo se presentó al examen el entre el 40 % y el 50 % de los 35.000 preinscritos para realizar las pruebas en Castelló, Valencia y Alicante.

"Debe ser que a muchos les cambia la vida en dos años y ya tienen trabajo", ironizaba ayer Encarna, una de las opositoras, a la salida del test. Ese lapso de tiempo, dos años, es lo que se ha tardado en celebrar este concurso público desde que se convocara oficialmente y los inscritos pagaran las tasas, en 2011. "La gente ya no tiene esperanza ni en las oposiciones. Viendo las pocas plazas que hay, es muy difícil que cojan, incluso para hacer substituciones la cosa está muy mal", remarcó.

Y es que con la grave crisis económica actual muchos daban vueltas a los posibles porqués de tanta ausencia. "La verdad es que esperábamos que fuera muy concurrida, no entendemos qué ha pasado", señalaron a este periódico fuentes del sindicato de Comisiones Obreras (CC OO). "Es normal que no se presente el 100 % de los matriculados, las circunstancias de las personas pueden variar mucho desde que se convocan hasta que finalmente se realizan, pero esta baja participación nos ha sorprendido", añadieron las mismas fuentes.

En este sentido, los sindicatos habían alertado de la posibilidad de que se repitiera el episodio del pasado mes de octubre, cuando decenas de opositores a auxiliar de enfermería se vieron bloqueados y llegaron tarde a causa de la media maratón, prueba atlética que cortó las diferentes vías de acceso al campus de Tarongers aquel domingo.

Pero nada más lejos de la realidad. "En mi aula hemos calculado los asientos para 117 personas, pero han sobrado 75", explicó una de las colaboradoras de la organización. Fuentes de la misma fueron las que señalaron que la asistencia había sido del 40 %. Seis de cada diez inscritos no acudió finalmente a realizar la primera fase del examen.