El Ayuntamiento de Benicarló está experimentando con un nuevo sistema para deterner el avance del picudo rojo. Al tratamiento que está llevando a cabo para impedir que devore más palmeras, se le suma una nueva medida que ha puesto en marcha en los últimos días. Según indicó ayer el edil de Medio Ambiente, Pedro López, «estas trampas tienen la función de monitoreo de las migraciones de este insecto» y permitirán, además, «dilucidar su incidencia dentro del territorio».

Se trata de un sistema «casero y muy interesante» que ha encontrado la empresa concesionaria de los servicios de jardinería, FCC. El utensilio se compone de un barreño y una especie de cono. El barreño, de color blanco, cuenta con alrededor de un litro y medio de agua y se le añaden trocitos de palmera. «La herida de la palmera, al segregar una sustancia, es la que atrae al picudo; mientras que el cono negro que cubre el barreño cuenta con un plástico verde adosando, con una entrada por la parte superior, donde se incorpora un mecanismo que posee en su interior un compartimento donde va alojado una sustancia con feromonas masculinas de dicho ejemplar, con lo que se consigue el efecto llamada de las hembras portadoras de las larvas», explicó López, quien añadió que, a su vez, el capuchón es el que «hace de embudo e impide que los insectos escapen».

De momento se han instalado de forma piloto en Benicarló seis trampas de este tipo, con lo que queda abarcado todo el término municipal incluyendo el polígono industrial. Además, los resultados han demostrado que «caen una media de 8 ejemplares al día». «Incluso en la zona sureste de Benicarló, en la partida Solaes, se llegaron a registrar durante el último fin de semana 14 capturas de este insecto, lo que da a entender la elevada incidencia que tiene el picudo dentro de Benicarló», apuntó el edil. Para López estos resultados permitirían grandes avances.